Aquí es donde Laia Álvarez deja sus pensamientos, pequeñas reflexiones, canciones que le tocan la fibra sensible... Cosas, en definitiva, que le rondan la cabeza y el corazón. No obstante, este pretende ser un espacio compartido, donde el lector pueda tener también un pequeño espacio donde dejar cuanto quiera dejar.


Empezamos en 3... 2... 1... ¡Ya!

4.12.08

~ ...y Barcelona llegó

Llegó... y pasó.

Sí, señores. La verdad es que me ha dado mucha pereza ponerme a escribir esto; realmente fueron inficinada de cosas en muy poco tiempo, y tan sólo me sentía capaz de decir que fue un viaje genial, que esperaba con muchas ganas, con una más que grata compañía y del que no esperaba nada en especial, con lo cual, el hecho de que todo fuese (casi) perfecto, hizo que la sensación que me quedó fuese increíble.

El concierto de Mr. Ferreiro, simplemente, decir que fue genial (luego intentaré colocaros algún vídeo, que ahora no estoy en casa... y si mi PC no muere en el intento). Nunca había visto un directo suyo, pero me quedé encantada. Si bien es cierto que el caballero no se extiende en sus palabras, fue bastante escaso, compensaba con una interpretación genial, sin grandes diferecias vocales entre el directo y el CD, y transmitiendo de una manera brutal.

El resto del viaje, transcurrió entre paseos (y más paseos, y más paseos), alguna que otra comida a deshoras y mil pequeñas anécdotas. Pondré alguna fotito artística de las mías en llegar a casa y demás.


Pero de verdad, como decía Nurelko, genial todo. Sólo tengo buenos recuerdos de esos tres días de desconexión.


Bueno, gracias por la espera y perdón por el retraso.
=)

27.10.08

~ Imágenes

La noche se ilumina, y el cielo oscuro se llena de notas de color que embriagan el aire con su perfume de armonía cargada del lirismo de unas palabras que encadenadas a otras forman la esencia de la escena.



...todo tan bohemio en mi cabecita loca...

24.10.08

~ BCN

¡Por fin!! Llegó ya el gran día... o al menos uno de los muchos grandes días de este año que ya os dije sabía iba a ser maravilloso, y que de momento lo está siendo.
No quiero decir nada; tan sólo mandar un enooorme GRACIAS a mi Neo particular, por aquello de ser el elegido.
Espero poder compensarte la locura haciendo que este finde lo recordemos los dos por mucho tiempo.

Cuando llegue os contaré, que espero haya mucho mucho que contar.

21.10.08

~ Una historia más - II

~ Una historia más - I


Llegaba un coche a San Juan, y tras aparcar bajó de él una pareja dispuesta a cenar, como cualquier otra pareja, en un día cualquiera.

-¿Mesa para dos?
-Sí, no fumadores, si puede ser -dijo él.
-Síganme.

El camarero nos acompañó hasta una mesa que había al fondo, un poco retirada. Nos dejó las cartas pertinentes y se marchó. A los cinco minutos volvía dispuesto a tomar nota, pero yo, como siempre, me había entretenido hablando de todo un poco, y ni tan siquiera había abierto la carta, que estaba ante mí tal como el camarero la había dejado.

-¿Saben ya qué van a tomar?
-Pues si... -pensaba decir "Si me das cinco minutos", pero en seguida me cortó.
-Sí, ya lo tenemos: Yo quiero una pizza Bolognesa, y para la señorita una Nocci.
-¿Quieren algo de beber?
-Sí, agua para los dos.
-Muchas gracias.


Me dejó con la palabra en la boca... Me cabreé, tal cual. Me molestó muchísimo, la verdad... ¡Si ni tan siquiera le había dicho nada a él de lo que me apetecía!! Pero he de reconocerlo, lo que más rabia me daba, sin duda, es que había acertado exactamente con lo que quería.

~ Indignaciones varias; Capítulo I

Hoy, aunque empiezo las clases como cada día a las 15.00h de la tarde, pues me he venido a "primera hora" (estaba muy hecha polvo, y aunque tenía intención de coger el Cercanías de las 9.05, he termiando cogiendo el de las 10.05). Al fin y al cabo, sólo tengo disponibles las mañanas, y tenía que hacer unos arreglos de la matrícula, además de sólo poder hacer esas gestiones por la mañana.

Total, que llego al CEGECA (Centro de Gestión de Campus) y a las 10.48 cojo un número, como si del supermercado se tratase, para hacer un reajuste de matrícula. Hasta aquí todo bien, clarito, sin problema alguno ni nada de nada. Perfecto.
Pues, digamos simplemente que terminaba de realizar mis gestiones pertinentes a las 11.55; buena hora, sí, pero no cuando llevas una hora de reloj haciendo cola.

Lo siento, pero no es normal que vayan el ritmo que van en el mes de Octubre, cuando se supone que aún no llevamos ni un mes de clase y por tanto es el momento en que más problemas debería haber... Si ahce falta que amplíen durante ese mes la plantilla, la gente que atiende al público, pero no es normal que entre tres puestos que hay, hayan atendido en una hora a ¿15? ¿20 personas?


Nada, que es una mierda mi CEGECA.

17.10.08

~ 7 días

La verdad es que tengo esto un poquillo abandonado, demasiado incuso, diría... Pero la verdad es que últimamente tengo menos tiempo de que esperaba tener... ¡Cosas de la vida!
Aunque bien pensado, buena señal es que esté así de liada, porque (al menos en teoría) debería significar que tenía cosas interesantes que hacer, cosas que merecen la pena.
En este caso, así es.

Como bien dice el título... ¡7 días!! El viernes que viene a estas horas estaré poniendo rumbo a Barcelona en compañía de un muy buen amigo, Nurelko.
En primer lugar: ¡Gracias!

Me ha costado, sí, porque estaba intentado que alguna amiga (con a), se liase la manta a la cabeza y se viniese conmigo a ver a Iván Ferreiro, y de paso, con al excusa, a ver Barcelona. Y los intentos no fructificaron, ninguno de los muchos que hubo…

Pero claro, si no podía ser una amiga, pues, al menos, intentarlo con un amigo no era nada descabellado, pensé en un momento de iluminación personal, de inspiración divina, o de lucidez, como más os guste.

Sabía de algunos que no podían, por diferentes temas, de otros a los que se lo había dejado caer (pues ya antes me habían dicho que contase con ellos si la primera persona a la que se lo iba a decir no se apuntaba) y habían hechos oídos sordos a lo que les llegaba, saliéndome por la tangente, como se suele decir, e incluso de unos más a los que ni siquiera me había planteado la opción de decírselo ni ahora ni tiempo atrás (y que a día de hoy diría que tampoco en un tiempo futuro).

Y, sin más, supe que él era el elegido. Sin más, perdida al móvil (por aquello de que tiene el famoso 60x1 de Vodafone -sí, como quién no quiere la cosa les hago publicidad, y sí, soy de Vodafone) seguida de la pertinente llamada.

Sin duda estaba en lo cierto, no había más. Él era el elegido. Fue el primero a quién llame para proponerle el plan sin medias tintas ni con medias palabras, sin que antes me hubiese dicho él nada previamente. Y aceptó, claro, os he dicho ya un par de veces que era el elegido. Y sin dudarlo un solo momento, me permito añadir.

Ahora sé que me espera un viaje que sin duda recordaré mucho tiempo, aunque tan sólo sea por la compañía.

Tan solo me queda sacar los billetes de tren pertinentes, preparar la maleta con mis mejores galas destinadas a la ocasión, colocarme la sonrisa (cosa fácil, todo sea dicho, no sé si me la quito siquiera para dormir…) y disponerme a pasar un gran fin de semana.

2.10.08

~ De película - III

La apatía es la solución, es decir, resulta más fácil abandonarse a las drogas que enfrentarse a la vida, robar lo que uno quiere que ganárselo, pegar a un niño que enseñarlo. Por otra parte,en amor requiere esfuerzo, trabajo.
Seven.-
Morgan Freeman

~ Paul Newman


Me gustó una frase que dijeron el pasado 26 de Septiembre: "Hoy el luto se tiñe de azul, como aquellos ojos."
¡Qué mirada la de Paul! Unos ojos azules embriagadores, con intensidad, expresivos, que resistieron al paso del tiempo, los años, y las desventuras de la vida.
Hoy siguen brillando en algún lugar, pero a nosotros tan sólo nos quedará recordarlos.

1.10.08

~ ¿Qué va a ser de nosotros?

El mar se movía a un ritmo desigual, allí, al fondo, como la música que suena en las películas de fondo y que a penas percibimos que está, aunque si no estuviese la echaríamos en falta.

El viento soplaba con fuerza, nada predecible ni habitual para la época en que nos encontrábamos; o al menos así lo era en nuestra ciudad. En su ir y venir, de una dirección en otra, movía a su antojo las pequeñas plantas que con esfuerzo había nacido entre las rocas.


El Sol se despedía, tiñéndolo todo de colores dorados.
No era sólo el final del día: era el final del verano; tú y yo nos despedimos con un simple adiós, sin saber siquiera qué iba a pasar después de aquello.

29.9.08

~ ¡Gritar!

...y es que cuando el corazón grita en la inmensidad del silencio, cualquier otra palabra sobra.

28.9.08

~ Una historia más - I

Diez menos cinco. Termino de arreglarme, y me miro en el espejo, examinando el resultado. Satisfecha, comienzo a recoger todo lo que he ido dejando por ahí tirado, acelerada. De repente, suena el móvil: una llamada perdida; son ya las diez, y era la llamada que esperaba.
En una carrera, salí de casa: me puse los zapatos de tacón, unas gotas de Be delicious, cogí el bolso y al tiempo que gritaba “Mamá, me voy. Hasta luego”, cerré la puerta y comencé a bajar de dos en dos los escalones. Conforme cerré la puerta, vi el coche acercarse; paró frente a mi portal, y me subí.

- ¡Hola cielo! – saludé, junto con un beso.
- ¿Dónde vamos?
- Hoy dices tú.
- No, no. Sabes que tenías que elegir tú.
- …ya estamos. ¿Vamos a San Juan? Una pizzería o algo de eso.
- Vale, lo veo.

El coche dobló la esquina, camino a lo que habría de ser una cena más de una pareja más en un restaurante más.

~ Un día así

Ayer sábado, digamos, que era mi día.


Podría contar toda la historia, el por qué de tener un acto relevante en mi agenda, pero simplemente me contentaré con decir que todo mereció la pena.

Con la excusa de este acto que os decía, vino un amigo de Valencia, haciendo carretera para ir y venir en el mismo día, fuimos a comer con otros dos amigos, y luego, cuando llego el tan nombrado acto, se nos unió una amiga más, además de las que ya estaban allí. Recibí abrazos que guardaré de mala manera, recibí regalos incluso, y me sentí no sabéis cómo de bien.
Cuando terminó fuimos a ver a unos chicos que yo no conocía y estaban con más amigos celebrando su aniversario, y nos dieron allí las tantas...

Y ya os digo, que no fue un plan destacable, ni nada por el estilo, pero el tener allí a los amigos, hizo taaanto.



Ya les di las gracias, pero no puedo evitar volver a decirles desde aquí, aunque no creo que muchos de ellos lo lean, precisamente, que mil gracias.

Realmente, no hace falta mucho más que una buena compañía para que el día sea perfecto, y te sientas como en un cuento.
Los amigos.
Mis amigos.

26.9.08

~ ...en fin

Si es que soy tonta, si es que siempre me pasa lo mismo. Ya pensada la huida a BCN, con la "estancia" mirada (me dejan un par de camas la familia allí, incluso una casita), las entradas compradas, el tren mirado (que no comprado, menos mal), todo ya casi preparado...

Y, cómo no, otro plan que se me jode.

Me veo con las entradas compradas y yo en casa mientras allí, en BCN, en la Razzmatazz Iván Ferreiro da un concierto para recordar.



Elena no puede ir, sus padres se han cerrado en banda; tengo entendido que hay un viaje a.. ¿Milán? o algo así, visto por unso amigos, con lo cual no cuento con ellos, otra amiga se va a Murcia a ver a Vetusta Morla, y una amiga más, que le apetecía el plan, no sabe si podrá por un congreso que tiene (estoy empezando a odiar que estudie Medicina).
Cada vez menos opciones, cada vez menos ganas de buscar a alguien...

...en fin.

PD: Por supuesto, la posibilidad de ir al concierto de Iván de Murcia de este finde (hoy, en concreto) se esfumó hace unos días... ¡Qué previsible...!

25.9.08

~ Al habla la más cría

Me encanta cuando personas que con más de uno, de dos, y de tres años que yo me llaman cría egoísta cuando en realidad actúan como si tuviesen menos de uno, de dos y de tres años menos que yo y sólo se limitan a pensar en sí mismas...
Me encanta, y más cuando ni saben de lo que hablan, ni saben qué dicen, ni saben nada, y además implican en sus problemas (en primer término inexistentes, hasta que llegan con sus cosas y lían todo) a quién menos deberían implicar.

~ Adiós a los cuentos del amor

Bueno... Después de un día raro y una temporadita en la que no miraba con buenos ojos mi blog, pues he aprovechado un mañana medio inspirada, y me he dedicado a hacer algo que me gustase (cosa que no significa que sea definitiva: el diseño anterior me gustaba en un primer momento).

El blog lo empecé en un momento difícil, una etapa compleja en la que estaba metida de lleno el día que nació laialvarez.blogspot.com, o como se ha llamado hasta ahora, El amor es un cuento, de la cual no puedo decir que haya salido, pero casi. Ayer ya estuve dándole vueltas al tema del diseño, y de que era necesario echar mano a este pequeño espacio, a este ventanaque abría hace ya un par de meses, casi tres, a la red de redes, ¡al mundo!, o casi mejor, a una muy pequeña parte de él que se pasa por aquí y me lee.


Y nada, aquí están los cambios. Un pequeño guiño desde aquí a mi querida Amélie, a esa soñadora incansable que ha conseguido conquistarme el corazón, hacerme reflexionar sobre tantas cosas. Y un pequeño guiño a mí misma, a ver si vuelvo a ser como siempre he sido y como siempre he querido ser, que ya es hora.

22.9.08

~ A quién creer, ¿a Dios o al corazón?

A penas falta un mes...
Quizás sólo falten unos días...


Iván Ferreiro - Meteoro y el Señor Conejo

Barcelona, 24 de Octubre... Ya queda menos. ¿Me iré este viernes también a Murcia a verlo? A la espera de que me confirmen un par de cosas, y de que queden entradas, claro.

~ Mirad, mirad

Este artículo de prensa lo leí hace ya un tiempo, y hoy, mirando entre los mil documentos inútiles que guardo en el ordenador, haciendo limpieza, lo he reencontrado, y me ha parecido que era digno de ver, así que aquí os lo dejo, para quien quiera echarle un vistazo:
Mirad, mirad
Qué suerte tenéis, malditos. No tenéis la regla, no tenéis que parir, no os hace falta depilaros, mandáis más, ganáis más, con ayudar un poquito en casa os sobra y ya no tenéis ni que hacer la mili que era el último consuelo que teníamos las mujeres a la hora de confiar en la existencia de una cierta justicia cósmica en el reparto de sexos. Es verdad que soléis moriros antes que nosotras, pero eso parece que se va acabando conforme las mujeres nos empeñamos en seguiros los pasos intentando ascender en el trabajo pero sin descuidar el cambio de pañales y el lavado de las cortinas. Y ahora, encima, se descubre que tenéis la posibilidad de vivir más con una sencilla receta: mirar nuestros pechos.
Según un estudio que circula últimamente por Internet, observar detenidamente los pechos de una mujer unos minutos al día reduce el riesgo de ataques y paros cardíacos a la mitad, es tan saludable como media hora en el gimnasio y reduce la presión sanguínea lo que supone menor cantidad de enfermedades cardíacas y pulsos más lentos. Tanto es así que, aseguran, si se hace con regularidad, un hombre promedio puede alargar su vida de cuatro a cinco años. Todas estas maravillas se deben a que la excitación sexual hace que el corazón se acelere y mejore la circulación de la sangre. La panacea. Así que no es raro que se os vayan los ojos detrás de un buen escote ya que al parecer en ello os va la vida aunque hasta ahora no lo supierais. Pero ¿de verdad por mirar un ratito un pecho os ponéis tan tontos? Yo creía que en el proceso de la excitación sexual influían muchas otras cosas, no sé, la atracción mutua, las miradas a los ojos, el erotismo, el ambiente... Y se ve que no. La cosa sigue siendo de lo más primaria. Lo malo es que cargáis sobre nuestras espaldas la responsabilidad de vuestra supervivencia. Porque, a ver: ¿Qué le dice una a partir de ahora a un hombre que intente echar una miradita...? ¿Vete y muérete? Vaya cargo de conciencia. Todas tenemos amigos y compañeros de trabajo que no tienen pareja y por tanto lo tienen más crudo a la hora de dedicar sus minutitos al día a la contemplación detenida de unos pechos. ¿Los vamos a condenar a una vida corta metiéndoles un guantazo cuando se nos queden mirando el arranque del sujetador? Además, así igual no vale, y no es cuestión de que por muy amigo que sea uno vayamos a desnudarnos para darle su dosis diaria de observación. Algo debería decir en esto Sanidad aunque no me imagino al nuevo ministro, por muy progre que sea, contratando a chicas que se paseen por ahí en cueros para garantizar la longevidad de los españoles. Otra posibilidad son las playas pero haría falta una campaña de concienciación para que aceptemos de buen grado que un moscón se nos siente al lado a mirarnos los pechos fijamente por mucho que nos diga que, si no, se muere. En cualquier caso, para eso están las pelis subidas de tono y ahí os podéis embobar todo lo que queráis, o como sucedáneo, los viejos calendarios de chicas en cueros que deberían volver, no sólo a los talleres mecánicos donde han reinado toda la vida, sino a cualquier oficina, fábrica o comercio, por muy respetable que sea, en beneficio de la conservación de la especie.
No hay problema sin solución. Pero ¿y nosotras? El estudio no apunta nada de cómo lo hacemos para ganarnos los cuatro o cinco añitos extra. ¿Dónde tenemos que mirar? Deberían aclarárnoslo porque es importante. Dicen por ahí que las mujeres a la hora de valorar el físico de un hombre nos fijamos en los ojos, en la altura, en el tipo, en la sonrisa... y en el culo. Dado que esto último es lo más carnal, igual es aquí donde debemos pararnos a mirar un ratito cada día.
Lo malo de esto es que, a priori, plantarnos delante de un culo y observarlo detenidamente durante cinco minutos al día no creo que nos sirviera para reducir nuestra presión sanguínea, francamente. Así que lo mejor va a ser convencer al jefe para que el novio de Ana Obregón se encargue de reponer la máquina de Coca Cola del periódico tal como Dios lo trajo al mundo. No sé si de esta forma nos moriríamos más tarde, pero hasta entonces...
Isabel Vicente, Diario Información, Miércoles 08 de agosto de 2007

En la universidad también nos podrían poner un par de esos, creo yo...

16.9.08

~ Curso nuevo, vida nueva

Llega Septiembre, es cuando realmente comienza mi año. Yo paso de eso de que el año empiece en Enero; para mí es en este mes.
Junto con el mes en que nos encontramos, llega también una gran cantidad de cosas: el comienzo del nuevo curso, la vuelta a la normalidad, a la cotidianidad, la manga corta, seguida irremediablemente de una rebequita para el corto período de entretiempo que disponemos en la zona de levante. Comienzan los coleccionables, que siempre te dejan a mitad cuando te has enganchado, pues eres una de las pocas personas que han decidido seguirla. Todo torna al compás marcado del que tanto nos quejamos pero que luego, cuando desaparece, tanto echamos de menos.

Como decía antes de dar tantas vueltas, ha llegado Septiembre, y he comenzado a hacer una lista. Digamos que son propósitos, pero van un poco más allá. Son planes que estoy elaborando, metas, cosas que quiero conseguir, viajes, pequeñas cosas...
De momento, tiene pocas cosas, es una idea más que ninguna otra cosa. Pero tengo pendiente que vaya a más, y sobretodo quiero que funcione y me la tome tan en serio como ahora mismo pretendo.


De momento, hay una cosa que tengo clara. Este año está comenzando muy bien, con muy buenas sensaciones, muchas cosas que creo que pueden funcionar, y me ilusiona la simple idea. Como le decía ayer noche a mi amigo Carlos, presiento que en líneas generales el 2008-2009 puede ser mi año; lo poco que llevo de mi particular manera de medir los años, está siendo muy bueno, y las vibraciones que tengo son incluso mejores... y es que en gran medida he de agradecer a mucha gente que estén haciendo que los primeros pasos sean tan buenos dentro de lo que ellos pueden hacer.


Como resumen: espero mucho de este año, y creo que realmente voy a hacer porque lo sea.

~ Libre

Cuando era libre, emprendí un viaje, sin destino, con el equipaje casi vacío, dispuesta a llenarlo de millones de cosas que encontraría. Cuando había empezado con mi cometido, encontré unas cuerdas en mitad del camino y no supe sino enredarme en ellas; no sólo no fui capaz de bordearlas: tampoco he sido capaz largo tiempo de salir de ellas.
He estado ahí, atrapada por ellas, y con la firme idea de liberarme, pero sin hacer en realidad otra cosa que dejarme caer en ellas, viendo como el tiempo iba pasando y yo lo perdía allí. No me sentía capaz de continuar, de dejarlas de lado y proseguir mi camino.

Por fin soy consciente que no hacía más que perder el tiempo, un tiempo que vale oro (¡la de millones que debo haber perdido!) y que he desperdiciado atrapada en una maraña en la que me inmiscuí yo sola y a la que me aferré.
Ahora soy consciente de todo, he visto que sigo siendo tan libre como lo era, y que nada me impide seguir adelante...

Así que aquí me tenéis, en mitad del sendero, con las maletas en las manos, dispuesta a seguir llenándolas. Sé que tardaré un poco en retomar la energía y la fortaleza que había conseguido a base de andar día a día. Me queda un largo camino por delante, y me encontraré con tantos o más obstáculos como los que han quedado atrás, pero me enfrentaré a ellos con la experiencia que he ido acumulando.
Ya he dado el primer paso, el fundamental:
Volver a andar, volver a viajar.
Vuelvo a ser libre.


~~~~~

Por fin he terminado los exámenes; en realidad los terminé la tarde del viernes pasado, pero he necesitado unos días para desconectar de todo un poco, relajarme y poder enfrentarme a las mil cosas que quiero hacer.

De momento he dejado esto aquí. Lo escribí cuando volvía a casa después de las clases a las que he estado yendo este verano (que me ha servido para suspender igualmente)... Pero no lo llegué a subir, y tampoco lo quería dejar perdido entre las hojas de alguna libreta.

Ahora vuelvo a la carga, y creo que con las pilas bastante cargadas.

8.9.08

~ Un rayo de sol

Buufff... Esto de estar de exámenes, me tiene destrozada. Me apetece hacer mucas cosas, y tengo un par de proyectos (o más) en mente, y me apetece mucho escribir algo algo aquí, pero a penas encuentro tiempo, y el que me queda termino haciendo algo que permita a mis neuronas relajarse y no tener siquiera que pensar.

Pero, qué decir, que me resulta inevitable no poner esta canción hoy aquí.

Un rayo de sol vuelve a brillar,
en mi corazón hay algo mejor
que todo lo que había ayer,
ya no hay fotografías
ni grises nubes ni tenues días
llorando en Navidad.

Hoy vuelvo a pasear por mi ciudad
pisando hojas secas
y merendando galletas.


No sé si sabes
que ya no te quiero,
que ni siquiera te echo de menos.
Y aunque tú creas
que he perdido el tiempo,
he construido un gran mundo
en un rayo de sol.


Lo mejor de todo es que al final
siempre hay una canción
para poder cantar
y fabricar mil sueños
que borren los recuerdos
y escondan aquellos miedos
que me asustaba.

Volverá a nevar por Navidad,
hoy vuelvo a pasear por mi ciudad
pisando hojas secas
y merendando galletas.


No sé si sabes
que ya no te quiero,
que ni siquiera te echo de menos.
Y aunque tú creas
que he perdido el tiempo,
he construido un gran mundo
en un rayo de sol.

Galletas - La Casa Azul


28.8.08

~ Julia, según Gil

Gil la vio alejarse con su cautivadora belleza juvenil envolviéndola como si se tratara de una capa invisible. En la misma clase había tres o cuatro chicas mucho más guapas con respecto al físico, seductoras y arrebatadoras, pero, para él, Julia poseía esa belleza pura, genuina, inocente, que era la que realmente le gustaba e interesaba. Además, ninguna tenía lo que a ella más le sobraba: corazón.
A unos diez metros de distancia, su compañera se volvió de pronto y le gritó:
-¿Qué tal tu padre?
-Mejor.
-¡Vale!
La vio sonreír, con aquellos labios dibujados por una mano maestra en su rostro abierto y limpio, de mirada siempre risueña y clara. Julia tenía los ojos grises, la nariz recta y los labios perfectos. El óvalo de su rostro se afilaba en la barbilla. Medía casi un metro setenta, dependiendo del calzado, y su cuerpo a penas si tenía mayores atributos que los normales: pecho pequeño, esbeltez, caderas anchas... Nunca le había visto las piernas porque siempre vestía vaqueros. Llevaba el cabello relativamente corto, una media melena azabache, y ningún colgante en el pecho o en als manos. Ni siquiera un anillo. Y tenía las amnos más bonitas que podía recordar, con los dedos largos y afilados.
Jordi Serra i Fabra, Sin tiempo para soñar

Mira que me gusta cómo describe y escribe este escritor...
Algún día me gustaría estar a su altura y escribir tan bien como él.

25.8.08

~ Así soy yo...

...tonta, tonta y tonta.

Sin vuelta de página, soy tonta, incapaz de reaccionar, pese a tus comentarios, pese a tus acciones, pese a mis acciones, pese a todo. Terminaría cayendo sin piedad alguna, lo sé, y me duele. He olvidado el amor propio, y eso que hasta hace poco lo tenía controlado.
No sé qué quieres conseguir, pero odio tu manera de tratar de conseguirlo.

23.8.08

~ Día gris

Sonreía a la la luz del sol, y cuando mi sonrisa se iba apagando el sol se escondía tras las nubes.
Ahora ya es de noche, pero a penas ha habido diferencia entre la luz que llegaba al atardecer y la que hay ahora. El cielo lleva encapotado ya largas horas, como mi ánimo. Durante la mañana he estado durmiendo, y al levantarme me he puesto a leer, pero conforme ha ido entrando la tarde, y me he ido cansando de forzar la sonrisa en mi cara al tiempo que los recuerdos y los sentimientos venían a mi cabeza, a mi corazón y a todo mi ser...



Anoche te vi. Cuando llegué a casa y me eché a dormir, te vi. Cuando mi consciente pasó a un segundo plano y esa otra parte del todo incontrolable de mi mente acaparó el papel protagonista, te vi. Anoche soñé contigo, te vi.

Estábamos el uno junto al otro, pero no estábamos juntos. Llevábamos horas hablando, y entonces pasaste tu brazo sobre mis hombros, tirando de mí hacia ti, y apoyé mi cabeza en tu pecho. Al principio, tanto a ti como a mí, nos resultaba raro aquello; ya no estábamos juntos, a fin de cuentas. Pero no nos preocupamos por esa sensación, porque era eso lo que queríamos. Continuamos el paseo que estábamos dando, sin pararnos un solo momento ante aquello, siguiendo con lo que estábamos.
Fue entonces, con un pequeño gesto que hizo que nuestras cabezas se apoyasen la una contra la otra, cuando me besaste. En un primer momento, me quedé parada, no me lo esperaba, no me esperaba nada de todo aquello, pero en cuanto supe lo que estaba pasando, pese a que no me lo creyera, te lo devolví.
A los pocos segundos te separaste de mí, e hiciste un gesto que me sorprendió, que no sabía como interpretar...

Y en ese momento desperté. No supe ni sabré qué quiso significar aquel gesto, si querías continuar con todo aquello o si no querías volver a tener nada más; sólo sé que desperté y yo estaba allí, sola. Te busqué durante dos o tres segundos en la habitación oscura en la que dormía hasta ese momento; cuando me di cuenta que no te iba a encontrar, que todo había sido un sueño, cerré los ojos para tratar de borrarte de mi pensamiento.



Odio no poder controlar mis sueños, odio que afecten a mi vida, y odio que el día se torne tan gris como hoy.

20.8.08

~ Mi ecuación del amor

Creo que éste va a ser uno de los posts más absurdos que escriba... pero esta noche, cuando volvía a casa del campo de mis tíos, se me planteaba, digamos, una teoría.

Hace hoy cuarenta años que se casaron, ninguna tontería en los tiempos que corren. Yo les he hecho un comentario acerca de las próximas bodas de oro, que ya no queda nada. Y no sé si ha sido esa idea de pese al tiempo y pese a todo seguir juntos o qué habrá sido, pero, como os decía, mi cabeza ha empezado a desvariar.


Me planteaba las cosas estas del amor, de las relaciones, de las parejas...
Y no, no creo que la ecuación que mejor lo define sea aquello de
1+1=1
En absoluto.

Y es que es fundamental que el uno y el otro se entreguen a la relación (aunque siempre es uno quien más tira de ella, aunque a veces se cambien los papeles), pero no sólo han de entregarse a la relación, sino que han de entregarse a sí mismos y a lo que había sido su vida antes, como la familia, los amigos y las mil y una tonterías que teneos cada uno, como nuestras aficiones o nuestras costumbres.
Así que defino una nueva ecuación:
De un lado mantengo que
1*1=1
Esto es porque el uno ha de estar por el otro. De otro lado, me quedo con que
1+1=2
Porque dos personas siguen siendo dos personas, con sus vidas y todo. ¿Cómo concluir ahora? Pues sencillo, una media aritmética.
Resumo así mi ecuación del amor con que
((1*1)+(1+1))/2=1'5


Ya lo he dicho, una ida de cabeza... Pero el amor tiene que ser un 1.5; ni 1 ni 2, sino 1'5.
Definitivamente.

18.8.08

~ El mundo y yo

Ayer, como casi cada noche, seguía despierta cuando el reloj marcaba las 2.35h. Cosas del verano, que no sé qué tiene que por mucho que madrugue no consigo quedarme dormida por mucho que llegue, pase y sobrepase la hora bruja.

Como no tenía otra cosa que hacer, porque ya había terminado el Samurai (Sudoku de a 5 tableros del magacine de El Mundo de los domingos), me había aburrido del Brain Training, del Big Brain Academy y del Donkey Kong: Jungle Climber (porque no todo iba a ser del "brain") y no me apetecía escribir por el dolor de muñecas que acarreo desde hace unos años (a lo que tampoco ayuda utilizar la DS, lo sé)... pues chico, mira, que me puse a pensar.

Y tanto pensar, tanto pensar, que creo que tengo un problema con el mundo. Siempre he querido creer que el mundo, que una parte de él, tiene ciertos problemas conmigo... Pero ayer, en un brote de ¿lucidez? ¿realismo? ¿madurez? ¿objetivismo? ¿sensatez?, pues vaya, que caí del burro.
Joder, ¡es que ya era hora!!

En realidad... Creo que siempre lo he sabido, pero mi ser (por decir algo, porque no sé qué es exactamente) no quería cargar con esa afirmación, pero pienso que no es mal momento para asumirla y dejar de escurrir el bulto.

Es ahora, con el muerto éste a cuestas, cuando me toca decidir si quiero cambiar ese enfrentamiento y firmar el alto el fuego con la pipa de la paz (aunque luego los indios volvían a pelearse, no sé si sería buena idea), o si, por el contrario, prefiero continuar con esta pequeña batalla campal, que ni la de Georgia y Rusia... porque puede que no se vean los destrozos que causa, ¡pero vaya si se sienten!!!



Aunque, eso sí, parte del problema lo sigue teniendo el mundo conmigo, no os vayáis a creer...

(Hombre, no iba a tener yo toda la culpa... habría sido pedir demasiado.)

16.8.08

~ De película - II

Buenas noches príncipes de Maine, reyes de Nueva Inglaterra.
Las normas de la casa de la sidra.-

15.8.08

~ Usa protección solar



Uno de los mejores vídeos que he visto. Desde que lo vi por primera vez, me enganchó, y ahora, de vez en cuando, tengo que volver a verlo.

14.8.08

~ Las lágrimas de Morfeo

Rompí a llorar y no recuerdo cuándo paré. Sólo sé que Morfeo, el dios del sueño, me cubrió con su manto y me sumió en las profundidades de su mundo. Pero cuando abrí los ojos al despertar, una lágrima prendía aún de ellos. Una lágrima que me gritaba sin decir nada que ya había llorado bastante, y que ahora había llegado el momento de secar todas aquellas lágrimas, vestirme para comerme el mundo y salir a la calle.

Y eso me he propuesto hacer. Basta de vivir entre las sombras de los recuerdos; es hora de vivir de las ilusiones del futuro.

~ ¿Qué quieres que te diga?


La Casa Azul - Como un fan

Un grupo que empezó siendo algo extraño y extravagante, aunque, todo sea dicho, me producía cierta curiosidad, me llamaba... Una vez empecé a escuchar (que no oír) sus canciones, terminó de convencerme. Ahora nunca falta en mi iPod, ni entre la lista que suele sonar en mi ordenador (aunque estos días el CD del ContemPOPránea se ha abierto paso de mala manera).

~ Los domingos, arroz

El fin de semana pasado me acordé un montón de cuando era niña (o mejor dicho, de cuando era más niña).

En mi familia, como en otras tantas, se llevaba lo de arroz los domingos. A veces caldero, a veces paella, otras arroz de verduras y otras a banda, a veces arroz de verduras y de tanto en tanto, cuando éramos poquitos, arroz al horno. Y es que el verano daba para mucho, señores. Mi madre hacía un arroz de estos que tenías que repetir de bueno que estaba, de chuparse los dedos.
Para mí eran geniales los domingos: estábamos todos los hermanos, algunos amigos de mis hermanos mayores, mi iaia, o mis tías (tías de mi madre, en realidad), mi padrino, su mujer y su hija... Vamos, que los domingos no bajábamos de los 10 nunca. Que si haciendo cosas de provecho (yo siempre terminaba escaqueándome y yéndome a jugar), que si luego piscinita, que si después de comer a la nana (o lo que es lo mismo, a mí) le tocaba dar masajes a todos mientras se iban quedando dormidos, que si a despertar a todo el mundo de la siesta (menos a mi padre, que se enfada y gruñía si lo despertaba de la siesta de los domingos, que era la única que podía disfrutar), que si partidita de cartas...
Eran días eternos, pero que te alegraba que no se acabasen. Y eran días que se comía arroz.

Últimamente los domingos se pasan en el chalet de mis tíos. Y aunque mi Sr. Tío haga un arroz muy bueno, lo siento, pero nunca llegará a la altura (ni a la suela de los zapatos) del de mi madre... Señores, ¡qué arroz que hacía!
Ya ni sé el tiempo que hace que no como una paella o un caldero hecho por ella, pero el domingo pasado, en casa de una amiga, se comía arroz, como en tantas otras familias de la terreta... Y no era el mismo, pero se parecía al que hacía mi madre en aquellos domingos de cuando era niña (o, mejor dicho, de cuando era más niña).

~ De puño y letra

Últimamente he vuelto a escribir tumbada en la cama, boca abajo, apoyada sobre un par de cojines y con la libreta sobre el colchón. Portaminas en mano escribo, o comienzo a escribir, lo que luego suelo terminar volcando en este espacio tan personal. Y anoche, no sé por qué, hice un alto en el camino que dibujaba mi mano derecha con grafito, y saqué un recorte que tenía en la libreta con unas cuantas anotaciones.

La puse en primer plano apoyé sobre aquél trozo de papel la mina, y comencé a trazas unas cuantas líneas. Primero una línea vertical, seguida de una horizontal sobre la anterior, y una pequeña curva a la derecha. "Te".
La siguiente palabra ya era más larga: empezaba con trazo redondo seguido de uno vertical cruzado con una segunda raya, y terminaba con un trazo redondo más. "quiero".

Me resultó curioso. Muy curioso.
Yo siempre he sido una enamorada del amor, muy a mi pesar casi siempre, y "Te quiero" era algo que había escrito en más de una ocasión, pero esta vez se me antojó como la primera; es más, se me antojó como si jamás hubiese oído hablar de aquello, como cuando oyes un nombre o un apellido nuevo para ti, y vas escribiendo poco a poco, asegurando que cada letra corresponde a lo que acabas de oír.
Cuando lo vi escrito, a penas reconocía aquellos trazos como míos, no me daba la sensación de haberlos escrito yo, me parecían forzados. Repetí aquel proceso una segunda vez. "Te quiero" de nuevo ante mis ojos, nacido de mi puño y letra. Después del primer intento parecía asemejarse más a mi caligrafía. Hubo un tercer y un cuarto intento (no funcionó aquello de que a la tercera va la vencida), y juraría incluso que llegaron el quinto y el sexto. Parecía ya al final que iba calando en mí cómo había de escribir aquello.


La verdad es que no pude evitarlo. Terminé escribiendo aquel "Te quiero, te amo, te adoro" que recordaba haber pronunciado más de una y dos veces hace un tiempo.



Nota: Muchas veces escribo historias imaginadas que voy entremezclando con mi vida; esto es de verdad. Anoche, en mi cama, escribí todos esos "Te quiero".

~ Lo único que podía haber pasado

La miré a los ojos. Podría haberme perdido en aquella mirada, que gritaba desesperada todo aquello que celosamente había guardado. Hoy todos esos secretos escondidos e su interior podían leerse en aquellos luceros embriagadores: una mirada profunda, sincera, cargada de significado. Cualquiera que se hubiese asomado a aquel abismo verde azulado habría caído en él, sin duda, preso de todo ese mar de sensaciones que evocaba.

Había allí una mezcla indescriptible de sentimientos contrapuestos dando vueltas y más vueltas, como el ojo de un huracán, que en su descontrolado movimiento va arrasando cuanto encuentra ante él. Una mirada que denotaba inseguridad, miedo, indecisión en ese ir y venir, pero cargada al tiempo de cariño, de amor, de pasión... Se iba empañando poco a poco, y brillaba cada vez más.

Un lágrima comenzó a rodar mejilla abajo, acariciando su piel y muriendo en sus labios. Mientras sus ojos estaban fijos en mí, aquella boca dibujó una sonrisa de gratitud. Era la señal, no debía tardar más. Di un paso adelante, y otro más. Me quedé frente a ella, y con un suave gesto borré el camino que había marcado en su rosto aquella lágrima suicida. La cogí entre mis brazos; lo que siguió era lo único que podía haber pasado.


----- · -----


Me estaba mirando, ¡él me estaba mirando! No pude controlar aquella lágrima que llevaba ya un rato al borde de mis ojos y mojó mi mejilla. Como para decirle que agradecía que hubiese venido, le sonreí. Creo que lo entendió a la perfección.

Se acercó a mí, como tímido pero decidido a la vez. Con un mano, me secó lo que quedaba de aquella lágrima que había conseguido escapar, al tiempo que acariciaba mi cara. Lo siguiente que recuerdo es sentir sus manos sobre mi espalda, sus brazos aferrándome. Me cogía como nadie lo había hecho en mucho tiempo; yo sólo quería quedarme allí, que me abrazase con más fuerza, como si tratase de fundirme con él.

Después me besó, me dio el mejor beso que podría haberme dado: sus labios se acercaron a mí, y entonces rozaron mi piel, suave y tiernamente, en la misma mejilla que antes había humedecido aquella lágrima. Luego de aquel beso, se separó de mí hasta que pude verle el gesto, me sonrió y me dijo "Tranquila, ya estoy aquí", y sus brazos volvieron a rodearme, ahora con suma delicadeza, mientras yo notaba cómo todo volvía a apaciguarse dentro de mí.

8.8.08

~ Del latín amicus...

...nace la amistad.
Llevaba tiempo queriendo dedicarle una entrada en estos lares, y hoy ha caído. Sinceramente: no cor que sea de las mejores noches que haya podido tener: las circunstancias y los acontecimientos van dándole forma a cada uno de nuestros días (dando a su vez forma a nuestra vida, tanto a corto como a largo plazo). Y como decía, hoy parece que se ha torcido de alguna manera el día, pudiendo ahora escribir acerca de sensaciones y sentimientos poco gratos y atractivos, y para hacerlo de este modo, como ya dos entradas anteriores versan sobre algo así, pues he preferido dedicárselo a algo que hoy también a cobrado un papel más que importante, diría yo, en este día tan... ¿diferente?

Y eso tan importante, como bien reza el inicio de este texto, es la amistad. Pero la de verdad, esa en la que no es palabrería aquel mítico "Para lo que necesites, cuando lo necesites, ¡en serio!", sino que esto es algo que cada día, con cualquier pequeño gesto, te va quedando claro y se va reafirmando por sí mismo.
Con este tipo de amigos no es necesario tener una relación en la que los veas todos los días, ni a todas horas, ni casi parecer siameses; en absoluto. En este tipo de amistades, puede pasar un año sin que haya habido relación por una u otra cosa, que tras el reencuentro todo sigue como si o hubiese pasado más que un día desde la última vez.


Pero tampoco querría hablar de la distancia, ni de nada parecido. Sólo quería hacer un pequeño guiño con estas palabras a esas personas que cuentan contigo para lo bueno y para lo malo, que llamas en mitad de la noche y se pasan el tiempo que toque al otro lado del hilo tratando de animarte, que te ven y no hace falta decirles cómo estás, porque lo saben mirándote, sin más. Esas personas que saben lo que vas a decir, y aún así te dejan hablar y hablar para que les repitas lo mismo una y otra vez, que te dicen las cosas como creen que son por mucho que te pueda doler, que cuando pasas por un mal momento están ahí. Esos pequeños locos que te llevan de borrachera si es lo que en ese momento toca, que te acompañan en las locuras que se te pasan por la cabeza, que te llaman a las 3 de la mañana en mitad de un concierto cuando tú estás en tu casa...
Joder, son ellos, son los que hacen dulces los momentos amargos, y los que ponen la guinda en los buenos.
A las duras y las maduras, como se suele decir.

Hoy brindo por mis amigos.
Sin más.

7.8.08

~ Quiero que sepas...


Los Planetas - Pesadilla en el parque de atracciones

Una de mis favoritas de este pedazo de grupo, junto con Cumpleaños total (que me imagino que terminará cayendo por aquí...). Muchas noches de Voodoo gritando a viva voz estas canciones, y otras muchas más.

~ Amor

Amor... ¿amor?
Dicen grandes cosas de él. Yo he dicho grandes cosas de él en otros momentos, aunque aquí pueda parecer lo contrario, pero ahora estoy convencida de eso no es más que una absurda patraña, un cuento chino que, para más inri, crea nuestra propia cabeza para, antes o después, terminar llevándonos el golpe del siglo (al que seguirá otro golpe más y otro, incluso alguno más; uno tras otro sin que aprendamos jamás).
Y sí, es la cabeza, nada del corazón, como siempre decimos; ¿El corazón? ¿ése? ése no sabe nada, no tiene ni idea, no es capaz de tomar ni tan siquiera ningún tipo de determinación.

¿Sabes? Ahora mismo afirmo con rotundidad que odio el amor, o lo que siempre hemos entendido como tal (porque ya hemos dicho que de existir, nada). Es curioso esto cuando tengo algo por aquí dentro, no sé dónde, diciéndome "Pero Laia, ¿eres tonta? ¡Yo soy el amor! ¿No te das cuenta de que estás locamente enamorada?"; y yo, con toda la delicadeza y sutileza del mundo, le respondo siempre con las mismas palabras; una respuesta bastante clara y concisa, aunque no sé si convincente, porque él sigue sin hacerme caso: "¡Y una mierda! No te crees ni tú eso de que seas amor.". La vocecilla, a mi respuesta, se apaga poco a poco, murmurando y refunfuñando, diciendo algo así como que ya me daré cuenta...

Pero volviendo a lo que estaba contando... ¡Creedme! El amor no existe, tan sólo es una ilusión formada e nuestras locas cabezas. No obstante, sea como sea, falsa sensación o no, sé que no quiero volver a sentirlo: no quiero volver a sentir nada de todo esto.Me he cansado de llorar por lo que he perdido, de llorar por lo que nunca tendré, de llorar por sentir algo que me hace daño... Sí, lloro mucho.

Ya dije hace un tiempo que el amor es un cuento; ahora añado algo, un pequeño detalle:
El amor es un cuento de final amargo que no quiero volver a leer.





Ahora bien, también podéis llamarme resentida.
No será mentira, me temo...

~ Otra sensación más


Seguro que te ha costado entrar sola en una sala llena de gente, ¿verdad? Sí, ya lo sé, ya sé lo que es sentir que no existes hasta que él te mira o... o te toca la mano, o hace un chiste a tu costa para que todos sepan que estás con él, ¡que eres suya!
PD: Te quiero

Otra sensación más descrita de tal manera que las palabras resuenan en mi cabeza, golpeándola una y otra vez...
Cómo he llorado esta noche viendo esta película... Demasiadas sensaciones al mismo tiempo. Sí, pensaba que iba a ser una peliculita romántica más, como cualquier otra, y mira. No sé por qué ha sido exactamente, pero me ha llegado de una manera especial.

Sólo añadiré una cosa: Postdata: Te quiero.

4.8.08

~ Llamando a la tierra

El otro día, de camino hacia casa, venía pensándolo: me encantaría publicar. Y no me refiero precisamente a escribir en mi blog.
Me apetece ver algún día mi nombre firmando un artículo en un diario de gran tirada, no sé por qué, nunca se me había pasado por la cabeza, pero el otro día se me clavó esa idea. Una pequeña columna, unas pocas palabras, no más.

Y ni hablemos de terminar la novela que tengo a mitad, y conseguir que vea la luz.

~ Dónde crees que vas y quién te crees que eres

-Oye, Romeo -dije-, si alguna vez consigues salir de detrás de esa estúpida sonrisa tal vez logres explicarme qué es lo que te hace tanta gracia.
-Bueno, digamos que lso dos estamos avanzando juntos por esta historia pero yo quiero admitir que cada vez estoy más cerca de ella y tú no.
-Y dónde está el chiste.
-El chiste está en que me parece que cuanto más miedo tienes a saltar, más alto es el muro que buscas para esconderte.
-Bonita frase. ¿Qué coño quiere decir?
-Quiere decir que la única razón de que no puedas ver la verdad es que le has dado la espalda. Has cerrado los ojos creyendo que eso serviría de algo; pero no sirve de nada, porque cuando vuelvas a mirar seguirá estando allí. Y tú lo sabes y yo lo sé.
Benjamín Prado, Dónde crees que vas y quién te crees que eres

Cuando leí esto anoche, tuve la necesidad irrefrenable de marcar la página en la que estaban impresas estas palabras.

28.7.08

~ ¡Y otra vez igual!

Hay veces en las que parece que todo marcha por el camino correcto, que crees que esta vez sí, que puedes, que ya está casi todo hecho, que sólo hace falta un poco de tiempo, a penas nada... te das cuenta que de un día para otro todo puede derrumbarse, cambiar, y dejarte como si nunca hubieses sentido nada de todo esto.

Un fin de semana ha conseguido echar por tierra, como si de un castillo de naipes se tratase, todo lo que había conseguido reconstruir en dos largos meses, infinitos sin ti; sólo con verte en mis sueños, sólo soñando con palabras absurdas que mi subconsciente ha decidido poner en tu boca, sólo con recordarte, sola, sin querer...
Así me descubro llorando, sintiendo como unas lágrimas imprudentes y fuera de control se lanzan a un abismo resbalando por mis mejillas.


De fondo, siguen sonando todas aquellas canciones que un día sonaron estando a tu lado, y que hoy, y no ayer, y quizás tampoco mañana, pero que hoy tan solo me recuerdan a ti, y a todo lo que un día fue nuestro.



Odio los recuerdos, odio ser tan sentimental, te odio y me odio por ello.

~ No va a volver a pasarnos esto


La Habitación Roja - El eje del mal

Y aunque diga todo esto, pensar, lo que es pensar...
...si es que ya ni sé lo que pienso.

19.7.08

~ Análisis

Miro las cosas con cierto recelo, tratando de analizarlas y hacer una correta clasificación y ordenación previa.
No sé si es que no me atrevo, no me quiero atrever, no puedo o directamente no sé cómo hacerlo; trato de cambiar el modo de enfocarlo, y lo consigo, y desde esa otra perspectiva, sigo viendo el mismo fondo de la situación aunque cambien ciertos, muchos, algunos matices.

Ya no sé si lo que tengo que hacer es cambiar nuevamente el punto de mira, pues no he encontrado aún el que se ajusta a mis necesidades, o directamente cambiarlo todo.



Hay veces que pienso que cuando nacemos, en lugar de un pan, deberíamos venir con un libro de instrucciones bajo el brazo, para que cuando llega el momento en que tenemos que tomar nosotros las riendas sepamos cómo hacerlo.

18.7.08

~ A ti...

Sí, a ti, a ti quería dedicarte una canción.

Pero por más que lo intento no lo consigo; y no por no encontrar una, sino por encontrar demasiadas. Demasiados pensamientos, demasiadas ideas, demasiadas dudas, demasiados recuerdos, demasiadas noticias, demasiadas cosas esperadas y demasiadas cosas inesperadas. Demasiado de todo.


Siempre he sido un hervidero de emociones y sentimientos, de una manera u otra enfrentados, pero totalmente lógicos uno junto a otro. Siempre ha dominado en mí el corazón a la razón, que era generalmente quien contradecía y me hacía dudar, la causa de mis sensaciones encontradas... Pero hoy, sin pensar a penas, me doy cuenta que es ahora mi corazón quien se está volviendo loco, enfrentando él mismo los sentimientos, las sensaciones, sin dar pie a la lógica ni a la razón a mediar en esa tempestad.

Quizá parezca esto más una maraña de palabras y de ideas que cualquier otra cosa; pero de verdad que es lo que tengo aquí dentro hoy, y lo que tengo desde hace unos días.
Sólo espero que poco a poco se vaya calmando todo.
Mientras tanto trataré de que mi corazón, él solito, organice un poco las cosas en sus dominios; que se aclare de una vez y elija un sentimiento o dos para cada cosa o persona, pero no doscientos cincuenta y tres mil ochocientos setenta y seis a la vez.

¡Un poco de paz, por favor!

~ Felicidad

Ya no sé si hoy o ayer, por este desorden temporal que tengo que me impide saber a ciencia cierta en qué día del mes estoy, qué día de la semana, y cuándo me ha pasado cada cosa, entre otras muchas cosas, pero sé que encontré esta foto dejándome llevar por la red de redes.


Una tortuga comiéndose una fresa, sí, así de sencillo, pero me transmite una de cosas. Lo más probable es que al animal le diese igual encontrarse ante una fresa, una mora, un trozo de lechuga o cualquier otra cosa, y que la forma que se dibuja en su boca no sea otra que la que su estructura ofrece, pero.. ¿no la veis sonreír?
Las sensaciones que me hace llegar esta imagen son increíbles, me hacen sonreír, me contagian una cierta ternura, un valor hacia lo sencillo pero a la vez importante de la vida del que a veces todos, toda la sociedad, nos olvidamos.

Recuerdo aquellos días en que con un par de golosinas era la niña más feliz de Alicante, de España, o incluso del mundo... Cuando llegaba el cumpleaños de un compañero de clase, y en durante las clases de la tarde, generalmente allá a las 16.15-16.30, salíamos al patio, acompañados por nuestro tutor, tutora, o el profe al que le tocase en ese momento aguantarnos, y el cumpleañero, ese personaje estrella del día en cuestión, se ponía a repartir bolsas de chucherías a todos los compañeros, e incluso alguna vez caía algún juguetito de estos de todo a cien en la bolsa... ¡Y no había nada mejor!!
La última media hora, incluso más a veces, del día, jugando en el patio, vacío para nosotros mientras el resto estaba en clase, corriendo, jugando y, encima, con chuches.


A veces echo de menos aquella facilidad para ver lo increíble de todo lo que pasaba y de todo lo que tenía, que no era ni una cuarta parte de lo que tengo hoy.

[Aunque, todo sea dicho, hayan quedado por el camino cosas y personas que no volverán y que siempre recordaré...]

11.7.08

~ Nudos

Hace algún tiempo que ando dándole vueltas a algunas cosas. Quizás a demasiadas....

Pero de verdad, qué satisfacción se siente cuando ves como la madeja que tienes en la cabeza bien entrelazada comienza a deshacerse, poco a poco, viendo así cómo todas aquellas cosas sin sentido comienzan a cobrar forma, aunque muchas veces cueste hacerse a la idea.



Es como los típicos nudos que le pides a tu amigo, al que tienes a tu lado, que si te puede echar una mano, porque no sabes cómo empezar siquiera a deshacerlo, y ves cómo pidiéndole ayuda, el nudo termina deshaciéndose con una facilidad que ni tan siquiera podías imaginar.

~ El valor de los detalles

En nuestra vida, hay miles de cosas importantes, miles de pequeñas cosas que merecen la pena, que hacen que cualquier cosa tenga sentido, que toda nuestra vida tenga sentido. Porque nuestra vida no cobra forma a partir de los grandes acontecimientos, sino de las pequeñas cosas de nuestro día a día.

Y todas esas cosas se resumen en realidad en una: amor.
¿Sabes?, se llama amor, aunque muchos no entiendan esto. Lo que pasa es que casi todo el mundo se olvida de que el amor es algo más que el tener a alguien de quien estás enamorado, que lo está de ti; algo más que aquellas palabras que dedicaban los poetas del romanticismo a aquellas mujeres que anhelaban; algo más allá de los tópicos que siempre...
El amor lo es todo. El amor es ver a un niño jugando en el parque y que se te dibuje una sonrisa; es que veas a un amigo llorar, y se te parta el corazón; es que llegue la madre a casa y lo primero que haga sea darle un beso a su hijo... Todo es amor.

8.7.08

~ De viaje... ¿otra vez?

Una vez fui a Italia, concretamente a su capital. En realidad no hace mucho de aquello, ni tan siquiera hace un año, pero me siento tan diferente desde aquel viaje, que me resulta sorprendente que haya pasado tan poco tiempo... Veo aquellas fotos, y me parece que la chica que me mira desde mis fotos, es otra que quedó atrás. Probablemente, cualquier persona vea a la misma tanto dentro como fuera de la pantalla de mi ordenador, pero desde dentro todo cambia.

Me prometí volver a Roma; de hecho, tiré una moneda a la Fontana di Trevi, como bien manda la tradición, asegurando así mi vuelta. Contaba con hacerlo esta segunda vez como un viaje en compañía, con alguien especial, quizás... pero pensándolo ahora, creo que iré sola, a disfrutar de aquella ciudad llena de miles de rincones capaces de enamorar y mil callejuelas por las que perderme, las cuales me llaman a gritos.



Sí, está decidido, vovleré sola, con una maleta medio vacía que traer de vuelta cargada de cosas que tan solo parecen existir allí.

~ Cayó la noche

Ayer noche, ya hecha un lío entre mis sábanas, me acordé de ti.
Sonaba de fonde Bola de Cristal, de Los Fresones Rebeldes, y comenzaron a dibujarse en mi cabeza imágenes de las que tú y yo fuimos protagonistas, pero rápidamente sustituídas por siluetas de lo que podríamos haber sido.

Sentía como si aquella situación no fuese nueva... Y es que no lo era. Dos veranos dando vueltas entre calor, recuerdos, futuros inciertos y palabras susurradas. Recuerdo las tuyas, tus palabras, todo aquellos que me decías, que me escribías, con las que me acariciabas; las repito en pensamientos, las susurro a la noche que no me deja dormir, las grito en silencio, trato de borrarlas, de no tenerlas memorizadas como los niños tienen aprendida de carrerilla la lección, para ver si así dejan de correr de aquí para allá.
Todo porque las palabras referentes a lo académico, las olvidamos a penas hemos terminado el examen (o incluso antes del mismo), las palabras que no nos importan, a penas causan efecto en nosotros, las palabras de consuelo nunca las olvidamos, ni las queremos olvidar... En cambio, las palabras de amor se nos graban como a fuego, y por más esfuerzos que hacemos por borrarlas, se quedan ahí perennemente...


Ayer noche, ya hecha un lío entre mis sábanas, me acordé de ti. Me acordé de ti y de tus palabras, de todas aquellas palabras caducadas.

~ De película - I

Hay cosas que sólo pasan en las pelídulas, por mucho que queramos verlas y tenerlas en nuestra vida real. Por eso esto es De película, aunque más de una vez podría ser De novela, pues muchas ya estaban antes escritas que fotografiadas; aquí dejo la primera. Supongo que pondré muchas más, pero mejor vayamos poco a poco. Y que quede claro: adoro que, aunque tan sólo sea en la ficción, en la mente de un loco escritor, existan.


__________

Dime que quieres que sea y lo sere por ti.
El Diario de Noah.-

~ Agua, y más agua

Siempre me tiro a la piscina dando (o, más correctamente, intentando dar) una voltereta, y comienzo a bucear, tocando fondo, sintiendo la presión del agua sobre mí. Nunca me ha gustado nadar; desde pequeña ha sido bucear lo que más me ha gustado, moviéndome con mucha más soltura bajo en agua que sobre ella. Allí dentro todo cambia, se ve de una menra diferente, el sonido se camufla; el silencio que hay allí te abriga de una manera diferente, no es comparable a ningún otro.


En algunos de esos días, me apetece tirarme y quedarme allí abajo, pues me siento demasiado a gusto. Me despreocupo, me abstraigo de todo, estoy sola pero sintiéndome protegida, noto el agua acariciarme la piel, veo como juega con mi pelo, aquel silencio tan lleno... Son mil cosas, sensaciones y sentimientos que se entrecruzan haciéndome sentir viva de una manera diferente allí dentro, bajo la superficie del agua.

Hay días que son peores, y me apetece tirarme a la piscina y no salir más, sino hundirte. Allí dentro no se ven las lágrimas, y si lloras, nadie lo nota... ni nadie oye un suspiro en aquel silencio cargado. Por suerte, estos son los menos... y cada vez tienden a una proporción menor.

3.7.08

~ Autoimposiciones

Me apetece dejar de darle vueltas a todo.
No, ya no eso... Me apetece dejar de aparentar, dejar de intentar ser la chica, ya no perfecta, pero sí la que tiene una respuesta adecuada para todo, o que la intenta tener; que siempre pone una buena cara, aunque tenga ganas de dar la espalda; que siempre termina sientiéndose culpable de todos los problemas, porque los demás siempre tienen que hacerlo bien, claro...

Y hay veces que me apetece salir de ese canon marcado por mí misma, autoimpuesto.


Hoy me apetece gritar, echarme a llorar, romper lo que pase por mis manos, romper las normas, hacer lo que me apetece, pasar de todo... Pero no, no puedo. La norma marcada me lo impide. Intento acabar con ella, romper lo establecido, salir de una vez de esta prisión, construída con barrotes de ideas incapaces de sostenerse sobre sí mismas y grilletes de inseguridades.

Así que sólo queda esperar un tiempo, quizás años, a que consiga deshacerme de esa desafortunada norma.



...o quizás nunca la cambie, quién sabe.

~ Frente al mar

 
Y me senté ahí, frente al mar. Sólo quería ver cómo estallaban aquellos kilos de pólvora con los que un artista había sabido jugar.

Aquellos estallidos de luz en mitad del cielo negro de la noche conseguían remover algo en mí, y sus reflejos en el mar me hacían moverme como la brisa y las olas hacía con el agua, pero todo ello sin que un solo músculo se moviese.
Vibraba por dentro, pero mi gesto era inmutable...



Supongo que fue por cómo era el momento, y cómo había esperado que fuese...

~ Shh...

Si estás hablando, deja un segundo la conversación.
Si tienes la música de fondo, párala un momento.
Si la televisión sigue emitiendo a tu lado, quítale el sonido.

Deja todo eso un segundo, y presta atención...

















































¿No es bonito el silencio?

~ Libertad

Hoy atendiendo a que aún no he dormido, o ayer si valoramos el que sean ya más de medianoche, han mostrado en Antena3 la primera parte de la película dedicada a las 48h del secuestro de Miguel Ángel Blanco.

(Pinchad aquí, pero abridlo en otra ventana ;) )

Hace ya de aquello 11 años, yo no era más que una nena, una pequeñina, pero me acuerdo de muchas cosas de aquellos días. Aquel 10 de Julio de 1997 estábamos, como siempre, veraneando en mi chalet. Cuando anunciaron lo sucedido, posiblemente en un avance informativo, supongo que estaría en la piscina, como cualquier día a aquellas horas, que salía del baño ya casi de noche, allá sobre las nueve de la noche, cuando mis padres llegaban de trabajar. Pero cuando comentaron la noticia, yo no entendía nada, pero sabía que estaba pasando algo malo, a un chico, pero era demasiado raro todo aquello: ¿por qué?, ¿qué había hecho?

Y aunque no entendía nada, yo estaba también preocupada, sin entender por que, pero lo estaba. Recuerdo que durante las comidas, todo estaba más tranquilo de lo normal, que a cada rato, cuando yo estaba viendo la televisión, se acercaban al salón a preguntarme si habían dicho algo de aquel chico, recuerdo que pasados dos días así, mi familia lloraba... ¡si no conocían a aquel chico! Pero lloraban, y menudos lagrimones.
Sólo sé que aunque en aquellos momentos no entendí nada de todo aquello, durante días canté aquello de
Libertad, libertad,
sin ira libertad;
guárdate tu miedo y tu ira
porque hay libertad,
sin ira libertad,
y si no la hay sin duda la habrá.


Desde aquí, un pequeño recuerdo a aquel chico con duende que consiguió unir a todo un país, tener un mismo objetivo, un mismo deseo, una misma voluntad, y nos hizo gritar a todos
-¡Libertad!

2.7.08

~ Y pensar...

A veces me planteo qué es lo oportuno en cada momento. El problema radica en que me lo planteo siempre después que he tomado la decisión... No sé por qué siempre lo hago así, y no al revés.

Ojalá muchas veces, miles de veces, dedicase el tiempo necesario a plantearme las cosas como toca. A algunas cosas, les dedico más tiempo del que toca, consiguiendo así perder oportunidades, darle tantas vueltas como para terminar venciendo mis impulsos para arrepentire después; en cambio, lo que debería pensar dos, tres, cuatro o cinco, lo pienso una, y con suerte.
Supongo que estas son las cosas que tiene mi edad, la juventud, la falta de experiencia, la inseguridad, o quizás la falta de madurez... ¿O no? Realmente, creo que de todas ellas me quedaría con la falta de experiencia, el no haber tenido suficientes vivencias, o que no he visto suficientes cosas que me puedan ayudar; al fin y al cabo, siempre he oído decir que la experiencia es un grado y que más sabe el diablo por viejo que por diablo.


Algún día aprenderé a dosificarme, ¿no?

~ ¿Las Crónicas de Narnia?? Sí, gracias

Y no todo aquí va a ser hablar de manera metafórica, figurada y rebuscada... también en mi vida, como en la de todos, las cosas a priori más sencillas, más banales, tienen valor. Es más, tienen mucho valor (¡y según el momento, ¡incluso más aún!).

¿A caso la vida de cualquier mortal, de algún mortal, se reduce a cuentos de amor y desamor?,
¿a princesas dichosas y princesas desdichadas?,
¿a paseos conmovedores y reconfortantes y otros solitarios y repletos de tristes divagaciones?,
¿a demás parafernalia salida de una mente a veces segura, muchas insegura, a veces feliz frente a otras que parece sumida en un abismo oscuro como la noche?

-No, señores, no.

__________

Hoy, sin más preámbulos, voy a hablar de cine. Sí, de cine, tal como suena. En realidad, no trataré de él a grandes rasgos, ni hablaré de su historia, ni de lo que supone o implica, ni utilizaré un tono crítico, ni mucho menos... Al fin y al cabo, ni soy ni pretendo ser (o aparentar ser) una experta cinéfila.
Tan sólo voy a hablar de qué me gusta del cine, o quién me gusta, lo que me gusta o lo que me hace vibrar... Hoy hablaré de algo muy particular; en próximas ediciones, ya se verá...

El tema que voy a tratar me vino ayer noche a la mente por una conversación que tuvo lugar ya bien entrada la noche:

Laia Álvarez dice:
¡quiero ver las Crónicas de Narnia!!
Interlocutor de agradable conversación dice:
eso es una caca
Laia Álvarez dice:
creo que mejor que ahora, mañana te explico por qué me gusta...

Así que aquí estoy, dispuesta a explicaros, y en especial al interlocutor de agradable conversación, por qué quiero ver Las Crónicas de Narnia.


Sin más dilación, introducción o preámbulo, os diré qué me vuelve loca. Un día, estaba en casa de mi prima, cuidando de sus hijos mientras ella, junto con su marido, se había ido de cena con más amigos. A la hora pertinente, mandé a los niños a dormir. Y empecé a ver qué hacían en la tele, principalmente, en el satélite, que hay más variedad (y mejor programación que los programas del corazón de los sábados por la noche de la televisión nacional).
No había nada interesante, y empezaba Las Crónicas de Narnia en ese momento, así que... me puse a verla, no había nada mejor.

Al principio parecía que no estaba mal... luego estaba yo como loca en el sofá con las escenas que sabía que iban a tener lugar. ¿Por qué? Pues porque las batallas, el cine épico, me encanta. Para mí es lo de lo mejor que puedo ver, me apasiona.


Dos ejércitos, uno frente a otro, formando sus filas.
El capitán animando, dando valor a los suyos con los discursos previos al enfrentamiento, paro ya en el campo de batalla.
Esa distancia mínima pero suficiente entre ambos, ya se ven unos a otros, y llenan ese espacio de odio, ira, amor propio, dignidad, lealtad y mil sentimientos, todos diferentes y todos válidos.

Y justo en el momento indicado, ni antes ni después, ambos salen al encuentro, a la carrera. Unos cabalgando nobles corceles, otros sobre sus pies, algunos en la retaguardia cargando catapultas... Lanzas, espadas, arcos y flechas, escudos.
Es entonces, cuando ves cómo se van acercando, poco a poco, hasta que ambos ejércitos se chocan, se cruzan, sobreviviendo unos, malheridos otros; los menos afortunados, yacen en el suelo. La escenas se van alternando, mostrando diferentes imágenes a cada momento; así hasta que de un modo o de otro, la batalla termina.

Algunas veces, cae el enemigo, sin más, otras parece que aquellos que luchan por el bien, al luz, la libertad, están a punto de quedar sometidos ante las tropas enemigas, pero llegan entonces los aliados, aquellos que no pudieron estar en el lugar a tiempo, y logran así ayudarles y acabar con quienes habían estado a punto de alzarse con la victoria... Otras veces, nunca ocurre esto, y los buenos son los que pierden...



Y es por eso por lo que me gusta Las Crónicas de Narnia, igual que me gustan casi todas las películas de batallas épicas (o bélicas, sí, también me gustan)... Me da igual que sean de fantasía, como El Señor de los Anillos, o pertenecientes a los clásicos griegos, como es el caso de la película de Troya... Si hay una batalla de esas que te hacen levantarte de tu sitio, sea en el cine, en casa, o en casa de tu prima, sobra...


1.7.08

~ Le pedí que se marchase, que me dejase en paz...

y me lo dejó claro... Del todo claro.

Y cuado no me esperas, aparezco. Aparezco sin que me veas llegar, y cuando más despistada estás, me aferro a ti. Lo tengo claro: seguiré apareciendo junto a ti hoy, igual que lo hice ayer, e igual que lo haré mañana.

Porque sí, porque adoro esas sensaciones.


Llego y noto como tu corazón late en tu pecho, como si a penas cupiese en el espacio que tiene ahí dentro y tratase de escapar, de hacerse hueco ejerciendo presión sobre él. Del mismo modo, noto cómo se acelera, cómo, aunque en el fondo no palpite ni más rápido ni más lento, tú lo notas descontrolado. Y no sabes que hacer para calmarlo, para que vuelva a estar como antes de mi llegada.

Llego y noto como se entrecorta tu respiración, cómo se convierte en algo irregular, y cómo, aunque insperes y expires, notas que te falta el aire, que no llega a tus pulmones, que te falta el oxígeno, que no sirve de nada que hagas esos esfuerzos. Y sigues tratando de conseguirlo, acelerando tu respiración, pero eso no sirve de nada, hasta que no respires pausadamente, no lo lograrás...
Y no sabes que hacer para decelerarlo, para que vuelva a estar como antes de mi llegada.

Llego y noto cómo te tornas intranquila; me fijo entonces en tus ojos, expresivos, como siempre, preocupados como tan sólo lo están cuando te abrazo fuerte y firmemente. Noto tus nervios, como si tratasen de contener un depósito de adrenalina que trata de escapar. Noto tus ganas de gritar, de correr, de llorar, de reír, de sentirte liberada...

Y es todo eso lo que me gusta, lo que sólo yo puedo conseguir en ti. Por eso sé que no me iré, y que una vez consigas deshacerte de mí, me esconderé en las sombras del siguiente chaflán, esperando tu llegada.


Esta ansiedad me va a volver loca con su pequeña obsesión... ¡Me trae de cabeza!, y no hay manera de conseguir que se vaya; no se rinde ante ningún tipo de chantaje, y me aborda cuando estoy sola, en mitad de la calle o en mi casa, sin miramientos. Veremos si termina aceptando que no quiero nada con ella, que no me gusta, que no me va su forma de ser... y si no lo acepta, tendré que hacérselo entender, digamos, con otros métodos que me puedan defender.

~ Todas las princesas despiertan

Porque os digo...
...¡alerta!


¿Y si soy esa niña perdida?






(sí, hay un vínculo, no es sólo esto la entrada)

~ Más cuentos

Hay días en los que las situaciones, las conversaciones, las palabras cruzadas, las no dichas, las que sabes que no te han dicho pero estaban ahí, las que querrías haber oído aún sabiendo que nunca las vas a oír... Todas ellas te hacen explotar.

Y es que el amor, ¡dichoso amor!, siempre está ahí haciendo de las suyas. Sólo que cuando el amor es un amor no correspondido, o un amor imposible, o un amor platónico, o un amor roto por distancias insalvables, te rompe, te sorprendes recogiendo los trozos de lo que eras, tratando de unirlos nuevamente como un puzzle imposible con piezas perdidas.



Hoy he roto a llorar, pues todo eso se ha dado hoy. Tras una conversación, he roto a llorar. Sin exagerar lo más mínimo, veía mis lágrimas caer al suelo, otras estrellarse contra mis piernas, sujetas entre mis brazos... Y cuando he tratado de moverme, de ponerme en pie para ir a mi habitación, temblaba, y a penas había dado diez pasos, me he visto en el suelo, en mitad del pasillo, intentando recuperar, a tientas, con mis ojos inundados, esas piezas que se habían roto todavía un poco más.

29.6.08

~ Su libertad

Siempre me ha gustado irme al campo y desconectar. Es ese silencio...
Coger el coche y todo lo que ronda mi cabeza; mis problemas, inseguridades, malos momentos, sensaciones complejas y compañía, y salir hacia allá arriba, hacia esas montañas que me llaman en silencio, sin que nade más pueda oírlo.

Como decía, allí no encuentras el silencio, pero sí un silencio que no encuentras en ningún otro lugar. Ni conversaciones, susurros, coches pitando, motores, músicos callejeros, radios a todo volumen, televisores, vecinos que discuten, vecinas que cantan, interferencias, niños jugando en la plaza... Nada, nada de aquello.
Llegas y oyes conversaciones, pero no entre personas, sino entre las aves que se encuentran allí; el viento te susurra frases capaces de conmoverte, de abrazarte y golpearte a la vez; se oyen ramas crujir, tal vez por el peso de algún pequeño roedor trepando por él (quizás, sólo quizás).



En ese marco, es donde saco de mi equipaje todo aquello que me quiebra la cabeza. Y poco a poco, como al niño que después de todo el día en casa llevas al parque, o al can que vive en ciudad y llevan a campo abierto a correr, así, de esa manera, se van distendiendo todas las tensiones habidas hasta el momento, llevándome así a una paz renovadora, relajada, consiguiendo así que todo vuelva a ocupar en su lugar.
Así, los problemas decrecen, los nervios se calman, las inseguridades se tornan seguras, los malos momentos encuentran su parte positiva, y todo es más sencillo. Las musas toman el trono, y yo vuelvo a ser la que era.

Es ese silencio... y su sensación de libertad.

28.6.08

~ Campanas de boda

Repiquetean las campanas a lo lejos. Se oyen por toda la ciudad. No, no en realidad; se oyen en una cercana lejanía, quizás a tres manzanas de mí, cuatro, cinco tal vez. Pero se oye ese sutil, particular y conocido repiqueteo. Los novios, ahora ya marido y mujer, deben estar saliendo a la calle, recibidos por la familia y amigos entre risas, alegrías y vítores.

Y es en esos momentos cuando vienen a mi cabeza aquellos vagos recuerdos de amor, historias que el tiempo hizo caducar, pero de las que aún quedan sombras en mis recuerdos y mi corazón; sensaciones... sentimientos... ideas, sueños y proyectos que se quedaron en el aire, y que ahora, sola o con otra compañía, sigo sintiéndome incapaz de hacer, por mucho que pasen los días, las semanas, los meses o los años.


Ahora oigo esos repiqueteos de campanas, que tañen alegremente celebrando el amor, celebrando un amor desconocido para muchos, para incluso la mayoría de aquellos a quienes informaban.
Pero al fin y al cabo, el amor es algo que hay que celebrar, porque significa que aún hay quien cree que existe ese cuento inventado para ilusos que viven en esos mundos de fantasía, castillos, hadas, príncipes y princesas, en un mundo de golosina.

27.6.08

~ Otro cuento de amor

Sí, es un cuento, como lo son Caperucita Roja, El Gato con Botas, Pulgarcito, Los Tres Cerditos o Hansel y Grettel... Cuentos para niños.
Cuando era pequeña soñaba con ser una princesa, de esas con un castillo enorme rodeado de bosques mágicos e infinitos, entre los que en sueños me perdía, conociendo allí a todo tipo de seres extraordinarios. Y así, rodeada de animales, árboles, hadas y duendes, me asaltaba de repente en mi camino un príncipe azul, de esos de película, alto, fuerte, guapo, con unos ojos inmensos en los que perderse, romántico, detallista, dulce, cariñoso, capaz de conquistar a cualquier princesa, pero al que la única princesa que le interesaba era yo.

Sí, eran cuentos, mis propios cuentos, que con mi hiperactiva y sobreexplotada imaginación creaba de la nada a cada segundo.
Por eso digo que el amor no es más que un cuento, porque el amor no tiene más: es un cuento creado para niñas, de cinco, quince o cincuenta años, da igual. Es un cuento que crea ilusiones que tan sólo saben hacer que desvanecerse cuando abrimos los ojos ante la realidad.

Quiero tenerte entre mis brazos, real y no inventada, como aquel novio de la infancia, como al hombre que no me atrevía a amar salvo en sueños.
Blanca Álvarez, El amor es un cuento.


Al menos me conformo con pensar que ya desde pequeña lo tenía claro, que esos príncipes fantásticos sólo aparecían en los bosques mágicos de mi imaginación.

26.6.08

~ Una estrella de mar

Empecé a pasear y llegué hasta la playa; me quité las sandalias, me dispuse a dejar mis huellas en la arena. Me acerqué desde el paseo del puerto hasta la orilla, y sobre la arena húmeda caminé. Las olas, suaves, limpias y claras, rompían al llegar allí, e iban salpicando mis pies al tiempo que borraban las huellas dejadas tras de mí.
Mi falda larga, blanca como la nieve pero teñida de naranja con los rayos del sol del atardecer, jugueteaba con el viento, y yo sujetaba mi sombrero con la mano que me quedaba libre, intentado que Eolo no me lo arrebatase. En aquella escena, que de haberla visto hubiera inmortalizado Sorolla, no me vino a la cabeza otra cosa que una estrella de mar.

No me preguntes por qué, pues no lo sé. Sin razón ni sentido alguno, apareció dibujada aquella figura, frágil, delicada, tímida, arrastrada por el mar en sus idas y venidas, por un mar que se aventuraba entre los fondos marinos arrastrando así todo lo que podía encontrar.
Aquella estrella de mar que tan sólo podía hacer que dejarse mecer en el oleaje, como la vida hacía conmigo, llevándome hasta aquel lugar, a través de los entre cruzados, serpenteantes y, a veces, complicados caminos que me había hecho seguir.


La vida conmigo, como el Mediterráneo con aquella estrella de mar...

~ Y de las cenizas todo habrá de resurgir

En la noche de San Juan escribí mis deseos; me senté en la mesa, cogí un papel que tenía a mano, rebusqué por mi bolsa y encontré un lápiz. Tenía mil cosas en la cabeza, dando vueltas, mil sentimientos que podían convertirse en deseos sobre el papel, mil ideas que se arremolinaban por salir todas a una, mientras en mi mano temblaba el lápiz ante la duda de qué escribir en aquél lienzo en blanco que iba a pintar con deseos. Yo trataba de poner orden entre todo lo que había dentro de mi cabeza, pero cada intento era más complicado que el anterior.
Finalmente cerré los ojos, apoyé la punta de grafito contra la hoja que tenía delante, y dejé que mi mano se moviese sola, sin que ninguna orden premeditada llegase hasta él... Tan sólo quería que en el papel quedase reflejado únicamente lo que realmente debía quedar. Me sorprendí cuando leí lo ya escrito una vez dejé ya inmóvil el lápiz sobre la mesa; por fin, por vez primera, no era lo allí escrito aquello que más fervientemente deseaba, sino aquello que sin lugar a dudas más me convenía.

Finalmente, me acerqué a la hoguera, y lancé aquella hoja llena de garabatos.
Llegado su momento, se fundieron en el fuego, junto con el cartón y la madera que ya ardían.
Deseos que nacerán de las cenizas, cual ave Fénix, haciéndose realidad.


14.6.08

~ Mensaje a un destinatario

Se sentó en su escritorio de madera sutilmente tallado, tomó en la mano su pluma, la mojó en su bote de tinta y la puso sobre el papel, y con finos movimientos fue dibujando sobre el lienzo en blanco que tenía ante ella palabras que daban sentido a todo aquello:



...y de repente, en medio de una conversación, me doy cuenta de que lo único que tengo en la cabeza, eres tú.

Hay veces, que decir un "Te quiero", es lo más importante, algo que se hace casi necesario, que te da fuerzas para seguir adelante con todo, un abrazo que te renueva por dentro, una caricia que hace todo más intenso o un beso que te hace vibrar de una manera increíble.
Hay veces en que es imposible, pues la distancia lo impide. Pero entonces, en ese momento, cuando todo eso vaga por tu mente, te das cuenta que a veces, un sentimiento tan fuerte como el que me haces sentir, sobra... Y es que ahora que sé lo que es en realidad el amor, el amor de verdad, un sentimiento como jamás había sentido, un sentimiento que no pensaba que se pudiese llegar a sentir, siento que no podría vivir sin él... siento, que no podría vivir sin ti, porque tú lo eres todo.




Tomó la hoja en su mano y leyó lo que ella misma había escrito. Se aseguró que la tinta que daba forma a sus últimas palabras se hubiese secado y dobló aquel papel, sellándolo a continuación para ocultar aquellas palabras de miradas ajenas y mandó a un amigo de confianza para que el mensaje llegase únicamente a quien había de llegar.

11.6.08

~ Errores y problemas

Hay veces en que los errores del pasado son simplemente eso, errores del pasado. Otras, en cambio, se convierten en los problemas del presente.

8.5.08

~ Lluvia de Mayo

En mitad de la tarde, rompió a llover.
El suelo se llenó de charcos, en la superficie de los cuales se veían formarse ondas concéntricas, que terminaban chocando unas con otras.
La gente corría de un lado a otro cubriéndose con un paraguas, o un chubasquero, o incluso las dos cosas los más afortunados; los menos, con el periódico que habían leído durante el café de la mañana.
El cielo antes azul se tiñó de grises, y soplaba una brisa que hacía variar la dirección de las gotas que llegaban hasta nosotros.


Yo, en cambio, no llevaba paraguas, ni chubasquero, ni periódico; no me molestaba la brisa, ni la lluvia; me entretenía mirando alternamente cielo y charcos, que se deformaban y volvía a formarse al pisarlos la gente que pasaba entre carreras por la ciudad.

Yo estaba allí, contemplando las escena, mientras mi ropa se empapaba, el pelo se mojaba, y por los finos mechones que se habían formado, algunos tocando mi cara, caían pequeñas gotas que iban a parar al suelo, o a mi ropa.

Yo, en los días de lluvia, me sentaba sobre el muro que cercaba el cauce del río, y miraba cómo cambiaba la forma de vida, acelerándose, avivándose, con más trasiego del habitual; sí, igual que le pasaba al río.