Aquí es donde Laia Álvarez deja sus pensamientos, pequeñas reflexiones, canciones que le tocan la fibra sensible... Cosas, en definitiva, que le rondan la cabeza y el corazón. No obstante, este pretende ser un espacio compartido, donde el lector pueda tener también un pequeño espacio donde dejar cuanto quiera dejar.


Empezamos en 3... 2... 1... ¡Ya!

26.6.08

~ Una estrella de mar

Empecé a pasear y llegué hasta la playa; me quité las sandalias, me dispuse a dejar mis huellas en la arena. Me acerqué desde el paseo del puerto hasta la orilla, y sobre la arena húmeda caminé. Las olas, suaves, limpias y claras, rompían al llegar allí, e iban salpicando mis pies al tiempo que borraban las huellas dejadas tras de mí.
Mi falda larga, blanca como la nieve pero teñida de naranja con los rayos del sol del atardecer, jugueteaba con el viento, y yo sujetaba mi sombrero con la mano que me quedaba libre, intentado que Eolo no me lo arrebatase. En aquella escena, que de haberla visto hubiera inmortalizado Sorolla, no me vino a la cabeza otra cosa que una estrella de mar.

No me preguntes por qué, pues no lo sé. Sin razón ni sentido alguno, apareció dibujada aquella figura, frágil, delicada, tímida, arrastrada por el mar en sus idas y venidas, por un mar que se aventuraba entre los fondos marinos arrastrando así todo lo que podía encontrar.
Aquella estrella de mar que tan sólo podía hacer que dejarse mecer en el oleaje, como la vida hacía conmigo, llevándome hasta aquel lugar, a través de los entre cruzados, serpenteantes y, a veces, complicados caminos que me había hecho seguir.


La vida conmigo, como el Mediterráneo con aquella estrella de mar...

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