Miro las cosas con cierto recelo, tratando de analizarlas y hacer una correta clasificación y ordenación previa.
No sé si es que no me atrevo, no me quiero atrever, no puedo o directamente no sé cómo hacerlo; trato de cambiar el modo de enfocarlo, y lo consigo, y desde esa otra perspectiva, sigo viendo el mismo fondo de la situación aunque cambien ciertos, muchos, algunos matices.
Ya no sé si lo que tengo que hacer es cambiar nuevamente el punto de mira, pues no he encontrado aún el que se ajusta a mis necesidades, o directamente cambiarlo todo.
Hay veces que pienso que cuando nacemos, en lugar de un pan, deberíamos venir con un libro de instrucciones bajo el brazo, para que cuando llega el momento en que tenemos que tomar nosotros las riendas sepamos cómo hacerlo.
No sé si es que no me atrevo, no me quiero atrever, no puedo o directamente no sé cómo hacerlo; trato de cambiar el modo de enfocarlo, y lo consigo, y desde esa otra perspectiva, sigo viendo el mismo fondo de la situación aunque cambien ciertos, muchos, algunos matices.
Ya no sé si lo que tengo que hacer es cambiar nuevamente el punto de mira, pues no he encontrado aún el que se ajusta a mis necesidades, o directamente cambiarlo todo.
Hay veces que pienso que cuando nacemos, en lugar de un pan, deberíamos venir con un libro de instrucciones bajo el brazo, para que cuando llega el momento en que tenemos que tomar nosotros las riendas sepamos cómo hacerlo.
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