Aquí es donde Laia Álvarez deja sus pensamientos, pequeñas reflexiones, canciones que le tocan la fibra sensible... Cosas, en definitiva, que le rondan la cabeza y el corazón. No obstante, este pretende ser un espacio compartido, donde el lector pueda tener también un pequeño espacio donde dejar cuanto quiera dejar.


Empezamos en 3... 2... 1... ¡Ya!

8.1.09

~ Aquellos tiempos oscuros

Mi vida transcurría entre idas y venidas, llena de inseguridades, de tropiezos, de descuidos. Y con una falsa sensación de control y de autocontrol que se apoderaba de mí, haciéndome sentir que todo cuanto sucedía era a mi voluntad, que podía deshacerme de cualquier sentimiento y que en vida tan sólo mandaba yo.

Tardé un tiempo en darme cuenta de que nada de esto era así;cuando quise ser consciente de la realidad era ya, quizás, demasiado tarde. Me había enamorado, me controlaban a voluntad, estaba metida de lleno en una carrera académica que no era lo que yo había querido, sino lo que mi poca voluntad y las presiones ajenas había hecho que quisiera, dejaba que los demás pudiesen conmigo sin hacer frente de ninguna manera a aquello, y a cada momento me alejaba más de cuanto había sido para terminar convirtiéndome en alguien a quien siempre había evitado.
Cuando toda esta sensación de presión y opresión no hacía más que empujarme en la dirección opuesta a la que debía seguir, exploté, y toda la estructura que había elevado sobre mí, cayó, se desmoronó, enterrándome entre los restos de lo que nunca quise ser y fui.

Poco a poco fui saliendo de entre los, la verdadera Laia salía a la luz otra vez, después de mucho tiempo escondida del mundo, oculta a los de cualquiera, incluso de quienes la querían ver. Salió con fuerza, arremetiendo contra todo lo que la había hecho estar así... Poco a poco, se instaló de nuevo en su trono, y las cosas volvían a la normalidad.
Me juré que nunca volvería a aquella situación.
Estaba convencida de que nunca volvería a pasar.

Pero pasó, pasó otra vez, quién sabe por qué... pero supe ponerle remedio a tiempo.
Esta vez sé que es la definitiva; el mundo puede aguantar a tres Laias; la que nació, la que resurgió y la que volvió a resurgir... pero no creo que aguantase una cuarta.

2.1.09

~ Aquella amistad

Se vieron en la playa.

Era de noche, y estaba llena de gente que disfrutaba de la fresca brisa de mar en pleno agosto asfixiante. Pero por más gente que hubiese allí, era imposible que no se viesen, algo invisible las unía, y aún a pesar de que llevaban ya varios meses sin verse, la reacción fue inminente y de una gran fuerza.

Salieron corriendo la una hacia la otra, y se fundieron en un abrazo sincero, cálido y lleno de significado; el bolso de una cayó por fuerza de la gravedad a la arena que los pies de la otra pisaba, habiendo perdido las sandalias en la carrera que la había llevado hasta allí.

El tiempo podía pasar a toda velocidad, sin remedio y sin forma alguna de evitarlo, pero la amistad que las unía era más fuerte que todo aquello, pese a las discusiones, pese a la distancia, pese a todo.