Aquí es donde Laia Álvarez deja sus pensamientos, pequeñas reflexiones, canciones que le tocan la fibra sensible... Cosas, en definitiva, que le rondan la cabeza y el corazón. No obstante, este pretende ser un espacio compartido, donde el lector pueda tener también un pequeño espacio donde dejar cuanto quiera dejar.


Empezamos en 3... 2... 1... ¡Ya!

23.12.07

~ Al amanecer

Y el cielo iba tornando sus colores con las primeras notas de luz del día.

El tiempo había pasado, y de repente, el clarear de ese cielo nos sorprendió. La noche había pasado, y ahí seguíamos tú y yo, el uno junto al otro, mientras el tiempo, en su afán de robarnos nuestros momentos, había vuelto a hacer de las suyas.
Parecía imposible, pero ya se había hecho de día.

Mi cabeza reposaba sobre tu hombro, y tu brazo me rodeaba, haciéndome sentir que nada podía fallar mientras siguiese a tu lado.
Pero se hizo de día.

El Sol era el toque de queda, marcaba el momento en que tú habías de marchar.
Te despediste con un beso, un Te quiero y una de tus miradas, capaces de hacerme volar.

18.12.07

~ Luces de colores

...y te vi. Llevaba ya unos días sin querer nada más que eso: verte.

Entramos en aquel bar, con su ambiente particular.
Su música de siempre, su luz tenue habitual y esos focos alternativos iluminando a quienes allí nos encontrábamos.

Me miraste. No sé si una vez, dos o mil, pero miraste cuando te miré. Al cabo de un rato, te acercaste y me susurraste al oído aquello que yo me moría por oír.





No recuerdo que pensé, ni que dije, ni cómo pasó. Sólo recuerdo que momentos después tus labios se fundían con los míos, tal como había soñado una, dos o mil veces antes.

3.12.07

~ Beso eterno

Recuerdo aquel momento como si acabase de pasar...
Tú estabas allí, distraído, y te giraste en el preciso momento en que te miré. Me acerqué a ti con paso ligero, y cuando estaba a escasos centímetros de tus labios frené en seco. Te miré a los ojos, y a partir de ese momento todo sucedió como a cámara lenta... Cerré los ojos y sentía cada segundo, mientras tus labios cada vez estaban más cerca de los míos, hasta que se fundieron con ellos. Sentí cada milímetro, sentí cada segundo, me sentía capaz de memorizar cada curva de aquellos labios que me hacían soñar...
En el mismo instante, tus manos me cogieron. A penas me rozaban, pero las sentía ahí, como si se tratase de coger lo más delicado que pueda haber... pero en ningún momento las separaste de mí.... Y justo en ese instante, justo en el preciso momento, me cogiste con fuerza, tratando de que no me separase de ti y aquel beso fuese eterno...
No sé cuánto duró... un segundo, o una hora, pero lo sentí eterno. Como cada uno de tus besos...

Y sueño cada noche con que se repita ese momento.

27.11.07

~ Viaje de ida

Y entonces me di cuenta de que ya estábamos en la terminal.
Tú y tus maletas... y yo.



Me parecía increíble el pensar que en unos minutos te ibas a ir.
Un billete. Sólo uno.

Ni tú sabías cuando ibas a volver.

Nos pasmos los últimos minutos que pude tenerte a mi lado mirando ir y venir los aviones... No sé tú, pero yo me sentía incapaz de pronunciar palabra sin ponerme a llorar.
¿Echarte de menos? No: al lado de lo que yo iba a pasar, eso no era nada... Me iba a faltar medio corazón.


Paso el tiempo. Cuando nombraron tu vuelo, me dio un vuelco el corazón...
Sólo fui capaz de darte un abrazo, bañado el lágrimas silenciosas.
Y cuando te separaste de mí, te sonreí.



Ya cuando estabas lejos, te giraste... Quería gritarlo, pero sólo pude decirlo en un susurro: "Te quiero"

~ Rutinas

 
Se sentó como cada mañana en aquel banco.
Yo me entretenía viendo cada día su rutina.

Llegaba con su diario, recién comprado dos esquinas más abajo, bajo el brazo.
Llegaba a aquel banco, siempre aquel, que siempre estaba libre, como si tuviese un cartel de "Reservado" esperando su llegada.
Se sentaba, con su particular y cansada manera de hacerlo, y abría el periódico.
Siempre empezaba por el final.

Cuando terminaba, o empezaba, según a qué ojos, se levantaba y proseguía su paseo matinal, de nuevo con el periódico bajo el brazo.



La vida, con sus rutinas, llena mil momentos.
Él siguió yendo cada día hasta aquel banco, repitiendo cada movimiento, casi al milímetro, cada mañana.
El resto, iba y venía, hacía y deshacía cada día.

1.11.07

~ Todo me ha hecho así

Si fuera capaz de llegar a cualquier lugar, no iría más allá de donde estoy.
Si tuviera todo el oro del mundo, no sería más feliz de lo que lo soy.
Si de mí dependiese cambiar mi presente, no lo cambiaría.

Todo cuanto ha acontecido a lo largo de mis días, me ha hecho ser así. Y hoy ya me he cansado de tratar de aparentar ser alguien que no soy.
Soy así y me gusta.

Al fin y al cabo, mil veces he roto con la norma, mil veces he tratado de luchar contra la corriente, mil veces he pretendido ser como quiero ser, y no como los demás pretenden que sea.
Y hoy va a ser así.

Seré como soy, hoy y cuantos días queden por venir...
Y aunque querría cambiar algunas cosas de ésta, mi vida, aunque mil veces haya querido romper con ella y cambiarla de principio a fin, prefiero que todo siga tal como es.

15.10.07

~ Tan sólo un momento

Un día, rebuscando entre los cajones que nunca abres, entre cajas con polvo acumulado por el tiempo que llevan encima del armario, o entre los papeles acumulados en el escritorio que nunca te decides a organizar, encuentras algo. Un recorte de periódico, uno de tus pasatiempos preferidos de años atrás, una foto con caras de niños que ya son adultos, o alguna cosa que creías perdida desde tiempo atrás.

Pero son esas cosas las que te hacen pararte a pensar, a recordar momentos de los que fueron partícipes esos pequeños tesoros en que, al menos por un momento, se convierten esos nimios objetos.

Y recordar... y dejar que esos recuerdos llenen por un momento tu cabeza. Cerrar los ojos, dejar vagar la mente por momentos ya vividos que, de una forma u otra, acaban trayendo desde el pasado una sonrisa a tu boca.

Es entonces cuando abres los ojos, vuelves al presente y te encuentras en el lugar donde estabas antes, y sigues con lo que estabas haciendo.

7.10.07

~ Recuerdos

Hay días en que parece no pasar el tiempo, en que parece que todo ocurrió hace mil (y un) años; días en que sientes que todo lo que has vivido pertenece a un pasado, cuanto menos, muy lejano; que el tiempo se dilata como si de un mundo relativista se tratara...

...y de repente te sorprendes echando de menos algo que ya ni tan siquiera recuerdas.

13.9.07

~ Míralo

Mira.

Sí, tú, mira.

Mira allá.

¿No lo ves?

Sí, sí, está allí.

Mira bien, otra vez.

¿Qué aún no lo ves?

No puedo creerlo.

¿Pero de verdad que has mirado?

Allí, en aquella dirección.

Sí, está ahí.

Tienes que verlo.

Es imposible no ver nada.

No dejes de intentarlo.

Tienes que verlo.

No puedes irte sin haberlo visto.

Sí, esa es la dirección.

Vamos, esfuérzate.

No, no desistas.

Te he dicho que lo tienes que ver.

Tú, sí, tú.

Allí.

¿Ya?

Sigue mirando.

No dejes de hacerlo hasta verlo.





¿Que qué tendrías que ver?

¿Me lo preguntas en serio?

Pero, ¿con qué estás mirando?

Utiliza otros ojos, no esos.

Está claro de qué ojos te hablo.

Los del corazón.

Los necesitas para verlo.

Sí, lo tienes ver.

Ahora ya sí que lo tienes que ver.

Está claro...

El amor.

8.9.07

~ Como una niña

Qué bien estoy ahora -dijo ella tras abrir los ojos.


Volvía a sentirse como aquel día, ya perteneciente al pasado... Como aquel día que por última vez se había sentido tan feliz.

Tras correr por entre los árboles del parque, dejarse llevar en el columpio y finalmente tirarse por el tobogán, se sentía bien, sentía que todo iba a volver a su cauce, tenía la total certeza de que pasaría...
Por eso estaba así, por eso estaba bien, porque siendo de nuevo una niña recobró la esperanza y la fe que había perdido: ahora ya no se iba de su cabeza la idea de que todo podía ser bueno, siempre que quisiese verlo así.

19.8.07

~ Atardecer

El sol juguetea con la paleta de colores que tiene en sus manos que van inundando a lo largo del día el paisaje... Pero si de entre ellos, hay unos que prefiero, son sin duda alguna los que nos ofrece en su despedida, cuando todo queda sumido en los colores del fuego.
No hace falta huir de las llamas, ni apagarlas, pues no hay llama alguna. Tan sólo es el sol, que dando pinceladas de los más cálidos colores va pintando el cielo.





Y es que yo quiero un sol, para mí, para que cada día, al despedirse, llene mi corazón de la calidez y el sentimiento con que pinta el cielo.

9.7.07

~ Luna azul

 
Luna azul, reina de la noche, embelesando mi mirada mientras disfruto de una noche de verano.
Luna azul, que desde allá arriba me vigilas, déjame descansar.
Luna azul, hoy me quiero enamorar.

29.6.07

~ 711

 
 
Subió al tren, se sentó y esperó a oír el sonido que indicaba que el tren partía. Aún no estaba segura de lo que hacía... Finalmente, un tímido pero audible pitido llegó hasta ella; comprendió que ya marchaba, y no había comprado billete de vuelta. Y así, con este pensamiento, cerró los ojos y rodó sobre su mejilla un lágrima.
Lo había hecho; había subido, estaba ahí sentada, y notaba como aquel tren que había tomado empezaba a acelerar, dejando atrás la estación, la ciudad y todo cuanto allí había.
Ella no podía dejar de darle vueltas; sin saber por qué se encontraba abandonando la ciudad... Pero aquello no lo había podido aguantar más: horas y horas sin saber que hacer, sin dejar de llorar... Horas y horas pensando en su corazón, que un día latía en su pecho, y hoy, hecho pedazos, a penas conseguía hacerlo.
Pero el tren 711, llevando consigo una y mil historias, no se detenía.
 
 
 
 
Sentado en el suelo, junto a aquella vieja nave abandonada, se dedicaba a ver pasar los trenes. Unos iban, otros volvían... pero aquel que estaba pasando sabía que no traería de vuelta a Nadia.
Sabía que esta vez no podía hacer nada; se había equivocado, lo había hecho mal... Ahora, había perdido a su bella princesa, que marchaba en tren 711 sin billete de vuelta.

13.6.07

~ Papel de prensa


Hojas de un viejo periódico son arrastradas por el viento.


Una noticia de aquel fatídico incendio acaba en el estanque...

Una editorial que suscitó una gran polémica casi imposible de acallar acaba en el camino, y el viento, indeciso, no sabe si sacarla de él o dejarla ahí perennemente, hasta que, para acabar con tal indesión, una rueda termina por enterrarla en el barro que provocó la lluvia de la noche anterior...


El viento sigue arrastrando las hojas de aquel periódico, repleto de noticias pasadas, caducas palabras, antiguos retratos.

Las portadoras de viejas glorias quedan en el juego del viento.
Ahora quieta, y ahora volando.
Volando hacia la izquierda, un resoplido la envía a la derecha, para finalmente retornar a la izquierda.
Y cuando la quietud llega al, a causa del viento, inquieto papel, cuando parece que el viento ha cesado, cuando parece que ya ha llegado la calma, un nuevo remolino envuelve la hoja para arrastralar en el infinito juego del viento...



Así, queda en manos del viento lo que ayer fue todo, el viejo presente.
Así, queda a merced del viento lo que hoy no son más que palabras que se lleva...
... palabras que se lleva el viento.

6.5.07

~ Dos sitios vacíos

Hay dos sitios vacíos... y uno es tuyo.
Te bajaste en la última parada y dejaste el asiento libre...
Y así está hoy, vacío: nadie lo ha ocupado, pero tú no has vuelto a subir.

Hay dos sitios vacíos... y uno es tuyo.
Apareciste y sin más te fuiste dejando ese vacío de ti.
Falta algo... Faltas tú... Un asiento vacío que sigue ahí, sin nadie que lo ocupe...

Hay dos sitios vacíos... y uno es mío.
Tu bajaste, y te esperé, pero me faltaba algo y tú no volvías...
Al final me bajé y hoy te sigo buscando...

15.3.07

~ El beso


Lichtenstein; "El beso" (1961)

Porque no todas las veces que lloramos son porque las cosas hayan salido mal, ni porque estemos tristes, ni porque hayamos llegado a nuestro límite...
Hay también lágrimas que brotan de nuestros ojos por la emoción, por la felicidad, porque nos sentimos llenos.

Si me ves llorar, no siempre necesitaré consuelo...
...puede que sea porque tengo que darte las gracias.

5.3.07

~ Las calles de tu piel



Recorrer las calles de tu piel, luchar por ti, caminar por ellas y sentirme arropada junto a ti.
Envuelta por las calles de tu piel, definidas perfectamente, deseando que se confundan con las mías.
Perdida en las calles de tu piel, sin encontrar la salida, pero buscándola desesperadamente.
Trato de escapar de ellas, pero me he perdido en tu piel, me he perdido en ti...

Estoy perdida en una idea que ni siquiera cerrando los ojos puedo alcanzar.
Desenado perderme sin vuelta atrás, pero no en una idea...
...tratando de hacerlo en un mar de caricias...
...en las calles de tu piel, de nuestra piel.

Tú y yo, yo y tú...
...calles, pieles, cuerpos que se confunden sobre la arena.
Sintiéndonos el uno al otro...
Sintiéndonos uno solo...
Sientiéndonos...

31.1.07

~ Caminos


Cuántas veces hemos viajado con alguien al lado, sin saber quien es, sin saber su nombre, su edad, de dónde viene, a dónde va...
Y cuántas más lo haremos...


Vidas que se cruzan, pero no se cortan.
Vidas que viven los mismos momentos, pero que no comparten esos momentos.


Y quizás aquel que tenemos en frente sea familiar lejano nuestro.
O conozca a uno de nuestros amigos.
O naciese el mismo día que nosotros.
O ya nos hayamos cruzado.
Incluso puede que algún día hayamos intercambiado una mirada, o un gracias, o le hayamos pedido la hora...
Quién sabe si mañana, por un casual, nos conoceremos...

Tantas cosas que pueden unirnos, que seguro que alguna nos une...
...y nosotros sin saberlo.


La vida está llena de gente que vive con nosotros, que comparte con nosotros, que es parte, de una forma u otra, de nosotros...


La vida, las ironías de la vida...


Quizás quien mañana vaya a nuestro lado caminando, o viajando en nuestro autobús, comparta con nosotros algo más que el trayecto... Pero, como siempre, seguiremos sin saberlo...

22.1.07

~ El Edén

Vente conmigo, déjame llevarte a donde tan sólo puedes imaginar.

Cojámonos de la mano, y tumbémonos sobre la hierba fresca, mirando al cielo y viendo las estrellas brillar en la noche oscura pero cálida que nos envuelve.


Sentir la hierba fresca crujir bajo nuestro peso.

Huir de la sociedad que aturde nuestra mente y nuestros corazones para estar nosotros, solos, en nuestro propio Edén.


Porque lo que de verdad importa está ahí, lejos de todo y de todos, menos de ti.

16.1.07

~ Dos copas

Sobre la barra dos copas, la tuya y la mía.
Sobre la barra dos copas tomadas entre historias y recuerdos.
Sobre la barra dos copas que hablaban de nuestro presente, juntos.

Sobre la barra dos copas, ya vacías, que una vez estuvieron llenas...
...y en un minuto lo volverán a estar [Camarero, ¡otra ronda!]
Sobre la barra dos copas...


Y sobre la barra tu y yo, frente a frente, recordando... y viviendo... y soñando.
Recordando lo que ayer fue, viviendo lo que hoy es y soñando con lo que mañana será.

Sobre la barra reflejos de lo que un día fuimos.
Reflejos del pasado, que no podemos alcanzar.
Pero buscando más, vemos también otros reflejos, esos sueños, que está en nuestra mano luchar por conseguirlos alcanzar.



¿Quien lo huviera dicho?
Nadie pensó siquiera en ello, nadie recayó en esto, pero es así.
Hoy estamos aquí, juntos, viéndonos las caras.

Sobre la barra dos copas, otra vez.
Sobre la barra dos copas, pero no es igual esta vez.
Sobre la barra dos copas, que hoy cuentan otras vidas...
...hoy cuentan diferentes historias.

¿Que ha pasado, amigo?
¿Qué fue lo que pasó?

Nada es lo mismo, los tragos no son igual.
Antes eran entre nuestras historias, nuentros recuerdos, nuestro futuro.
Tomábamos copas en nuestra vida juntos, pensando en cómo sería el hoy.
Tomábamos copas imaginando que hoy sería diferente, pero igual.
Tomábamos copas entre ilusiones que no se harían realidad.

Hoy tomamos tragos que cuentan vidas distintas, recuerdos ajenos.
Mientras yo bebo, me cuentas qué fue de ti.
Mientras bebes tú, mi historia te cuento yo.

¿Qué fue de aquello que compartimos?
¿Qué fue de aquello que nos unió?

Hoy tan sólo son recuerdos de juventud, recuerdos que se hacen tenues en la memoria.
Hoy sólo nos queda recordar.


Sobre la barra dos copas, la tuya y la mía.
Sobre la barra dos copas, ayer nos unieron, y hoy nos separan.