Aquí es donde Laia Álvarez deja sus pensamientos, pequeñas reflexiones, canciones que le tocan la fibra sensible... Cosas, en definitiva, que le rondan la cabeza y el corazón. No obstante, este pretende ser un espacio compartido, donde el lector pueda tener también un pequeño espacio donde dejar cuanto quiera dejar.


Empezamos en 3... 2... 1... ¡Ya!

18.8.08

~ El mundo y yo

Ayer, como casi cada noche, seguía despierta cuando el reloj marcaba las 2.35h. Cosas del verano, que no sé qué tiene que por mucho que madrugue no consigo quedarme dormida por mucho que llegue, pase y sobrepase la hora bruja.

Como no tenía otra cosa que hacer, porque ya había terminado el Samurai (Sudoku de a 5 tableros del magacine de El Mundo de los domingos), me había aburrido del Brain Training, del Big Brain Academy y del Donkey Kong: Jungle Climber (porque no todo iba a ser del "brain") y no me apetecía escribir por el dolor de muñecas que acarreo desde hace unos años (a lo que tampoco ayuda utilizar la DS, lo sé)... pues chico, mira, que me puse a pensar.

Y tanto pensar, tanto pensar, que creo que tengo un problema con el mundo. Siempre he querido creer que el mundo, que una parte de él, tiene ciertos problemas conmigo... Pero ayer, en un brote de ¿lucidez? ¿realismo? ¿madurez? ¿objetivismo? ¿sensatez?, pues vaya, que caí del burro.
Joder, ¡es que ya era hora!!

En realidad... Creo que siempre lo he sabido, pero mi ser (por decir algo, porque no sé qué es exactamente) no quería cargar con esa afirmación, pero pienso que no es mal momento para asumirla y dejar de escurrir el bulto.

Es ahora, con el muerto éste a cuestas, cuando me toca decidir si quiero cambiar ese enfrentamiento y firmar el alto el fuego con la pipa de la paz (aunque luego los indios volvían a pelearse, no sé si sería buena idea), o si, por el contrario, prefiero continuar con esta pequeña batalla campal, que ni la de Georgia y Rusia... porque puede que no se vean los destrozos que causa, ¡pero vaya si se sienten!!!



Aunque, eso sí, parte del problema lo sigue teniendo el mundo conmigo, no os vayáis a creer...

(Hombre, no iba a tener yo toda la culpa... habría sido pedir demasiado.)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es que a fin de cuent(o)s somos unos incomprendidos... aunque a veces resulte algo pretencioso pensar que es el mundo quien se equivoca y no nosotros.

Puedo sacar una única conclusión de todas sus palabras, señorica Laia: me gusta el Brain Training.

Besos.