Llegaba un coche a San Juan, y tras aparcar bajó de él una pareja dispuesta a cenar, como cualquier otra pareja, en un día cualquiera.
-¿Mesa para dos?
-Sí, no fumadores, si puede ser -dijo él.
-Síganme.
El camarero nos acompañó hasta una mesa que había al fondo, un poco retirada. Nos dejó las cartas pertinentes y se marchó. A los cinco minutos volvía dispuesto a tomar nota, pero yo, como siempre, me había entretenido hablando de todo un poco, y ni tan siquiera había abierto la carta, que estaba ante mí tal como el camarero la había dejado.
-¿Saben ya qué van a tomar?
-Pues si... -pensaba decir "Si me das cinco minutos", pero en seguida me cortó.
-Sí, ya lo tenemos: Yo quiero una pizza Bolognesa, y para la señorita una Nocci.
-¿Quieren algo de beber?
-Sí, agua para los dos.
-Muchas gracias.
Me dejó con la palabra en la boca... Me cabreé, tal cual. Me molestó muchísimo, la verdad... ¡Si ni tan siquiera le había dicho nada a él de lo que me apetecía!! Pero he de reconocerlo, lo que más rabia me daba, sin duda, es que había acertado exactamente con lo que quería.
4 comentarios:
A mí también me hubiera molestado!!
I like your blog
On this point, this is your opinion? It appears that we need to communicate!
After reading the information, I may have different views, but I do think this is good BLOG!
Publicar un comentario