Aquí es donde Laia Álvarez deja sus pensamientos, pequeñas reflexiones, canciones que le tocan la fibra sensible... Cosas, en definitiva, que le rondan la cabeza y el corazón. No obstante, este pretende ser un espacio compartido, donde el lector pueda tener también un pequeño espacio donde dejar cuanto quiera dejar.


Empezamos en 3... 2... 1... ¡Ya!

8.7.08

~ Cayó la noche

Ayer noche, ya hecha un lío entre mis sábanas, me acordé de ti.
Sonaba de fonde Bola de Cristal, de Los Fresones Rebeldes, y comenzaron a dibujarse en mi cabeza imágenes de las que tú y yo fuimos protagonistas, pero rápidamente sustituídas por siluetas de lo que podríamos haber sido.

Sentía como si aquella situación no fuese nueva... Y es que no lo era. Dos veranos dando vueltas entre calor, recuerdos, futuros inciertos y palabras susurradas. Recuerdo las tuyas, tus palabras, todo aquellos que me decías, que me escribías, con las que me acariciabas; las repito en pensamientos, las susurro a la noche que no me deja dormir, las grito en silencio, trato de borrarlas, de no tenerlas memorizadas como los niños tienen aprendida de carrerilla la lección, para ver si así dejan de correr de aquí para allá.
Todo porque las palabras referentes a lo académico, las olvidamos a penas hemos terminado el examen (o incluso antes del mismo), las palabras que no nos importan, a penas causan efecto en nosotros, las palabras de consuelo nunca las olvidamos, ni las queremos olvidar... En cambio, las palabras de amor se nos graban como a fuego, y por más esfuerzos que hacemos por borrarlas, se quedan ahí perennemente...


Ayer noche, ya hecha un lío entre mis sábanas, me acordé de ti. Me acordé de ti y de tus palabras, de todas aquellas palabras caducadas.

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