Aquí es donde Laia Álvarez deja sus pensamientos, pequeñas reflexiones, canciones que le tocan la fibra sensible... Cosas, en definitiva, que le rondan la cabeza y el corazón. No obstante, este pretende ser un espacio compartido, donde el lector pueda tener también un pequeño espacio donde dejar cuanto quiera dejar.


Empezamos en 3... 2... 1... ¡Ya!

26.9.10

~ Mi pedida

Llegué a casa después de un día ajetreado. No había parado desde primera hora de la mañana. Tenía una cena, una de las más importantes que había tenido e iba a tener en mucho tiempo...

Por la mañana había ido a dar una vuelta, a comprar algunas cosas. Maquillaje, ropa... Después de haber dado quince vueltas a mi armario, nada me terminaba de convencer, y quería estar perfecta. Necesitaba estar perfecta. Al fin y al cabo, aquella noche, era mi pedida; en mi familia, siempre hemos guardado las antiguas costumbres, y entre ellas estaba la de que el novio pidiese la mano a la chica en una cena con las dos familias, la de él y la de ella, y aquella era mi noche. Aunque tres meses más tarde, sería no mi noche, sino mi día... ¡me iba a casar!


A medio día, mi madre me lo dijo... que no necesitaba ni una gota de maquillaje, ni pasarme un peine, ni ir vestida de forma impecable para relucir, porque se notaba la felicidad que llenaba todo mi cuerpo y que incluso asomaba por los poros de mi piel. No obstante, yo no me contentaba con eso... Quería que cuando mi novio me viese, se quedase impresionado y, si había aparecido alguna duda por su cabeza, se esfumase en un abrir y cerrar de ojos.


Conforme terminé de comer, me fui a la peluquería, no fuese cosa que con los nervios no atinase con la plancha, los rulos, y compañía, y no consiguiese hacer nada decente en mi cabeza. Media hora más tarde salía más contenta incluso de lo que había entrado, y no era precisamente fácil. Justo lo que quería, la melena perfecta, ¡y encima por dos duros!
Al llegar a casa, manicura, y a empezar a maquillarme. Y vestirme después claro. Me preparé la cartera de mano, con el móvil, las llaves, alguna cosilla para retocarme el maquillaje y la cámara de fotos para no perderme nada, a parte de lo de siempre.

Salí de casa bastante pronto, porque había quedado con mi hermana para tomar algo antes de la cena, que quería contarme algo. No resultó ser más que los detalles que había visto para los invitados y un par de tonterías más... pero he de decir que me vino bien, para salir de casa y desconectar, no fuese a ponerme más nerviosa.
Charramos un rato, con un par de cervezas entre nosotras, hasta que se hizo la hora de ir al restaurante.
Subida ya en el coche, le dije que se acercara al restaurante y me iba yo a mi casa con el coche en un momento... ¡Se me había olvidado el regalo para él!!! Con las prisas y los nervios, me lo había dejado encima de mi cama. Era el reloj del que se había enamorado hacía unas semanas y que no se pudo permitir. Estaba deseando ver su cara.

Una vez recogido el regalo, me subí al coche. A penas había arrancado cuando sonó mi móvil... Era él. Seguro que no se acordaba de dónde era la cena, o que se le iba a hacer tarde... ¡o vete tú a saber!, con lo desastre que era, podías esperarte cualquier cosa. Menos lo que me dijo.

No iba a ir. No iba a ir a la pedida. Ni ese día, ni ningún otro. Ni, obviamente, iba a ir a la boda. No me dijo nada más... Tan sólo un 'Ya hablaremos en otro momento mejor' y un 'yo aviso a la gente, no tienes que llamar tú a nadie' que, todo sea dicho, agradecí. No habría podido decírselo a nadie, y menos mal que había vuelto a casa y nadie tuvo que verme la cara en aquel momento. Apagué el motor y me subí a mi casa... No terminaba de reaccionar hasta que, pasados cinco minutos, empezaba a entender qué significaba todo aquello, mientras mi móvil no hacía más que sonar. Lo apagué, y dos lágrimas abrieron el camino sobre mis mejillas.
Cuántas vinieron después no sabría decirlo. En todo caso, debieron no ser suficientes, porque varios días después todo seguía igual que en aquél momento: yo inmóvil, impasible, con mi teléfono apagado, con la misma ropa, y con el maquillaje corrido manchando mi cara.

9.9.10

~ ...pero hoy recordar está de más.


La Casa Azul - ¿Qué nos pasó?




¿Qué nos pasó?, que la luz se hizo penumbra.
Se fue Peter Pan, no volverá nunca jamás.
¿Qué nos pasó?, ¿dónde están nuestras locuras?,
¿y las travesuras?, ¿y la llave para soñar?






Por suerte, aún guardo esa llave, aunque las travesuras, las locuras, la luz, los juegos, los lugares... todo aquello quedase atrás.


PD: No será quizás ni el más ni el mejor artista. Fallará en mil cosas, no gustará a muchísimos, y todo lo que queráis... Pero me encanta Guille, sus melodías infantiles para algunos, 'poppies' (o como quiera escribirse) para otros, consiguen hacerme entrar en sintonía, y sus letras me transmiten muchísimo.
A veces creo que debo de tener unas cuantas cosas en común él.

29.8.10

~ Sedúceme otra vez



Así rezaba el título de un libro de Charo Pascual que ronda desde hace años por mi casa. Imagino que sería de alguno de mis hermanos, claro. No imagino a mi madre con ese ejemplar como libro habitual en su mesilla de noche... ¡ni tan siquiera eventual!

Siendo más cría ojeé en alguna ocasión algunas de sus páginas, pero no recuerdo nada de ese manual de seducción, y menos aún recuerdo haberlo puesto en práctica... Pero su título siempre me ha seducido, para qué negarlo.

'Sedúceme otra vez'.

Adoro la seducción, para qué nos vamos a engañar... El amor, la pareja, las relaciones, la estabilidad de éstas, el sexo, la atracción y demás , son un mundo que me gusta, pero la capacidad de seducción me ha resultado siempre taaan atrayente...

Quizás también haya influido en ello que nunca he ido de rompecorazones por la vida. Pese a que los hay que tienen buena opinión de mi aspecto físico, nunca me he considerado una mujer (chica, en realidad) atractiva, con un cuerpo explosivo, una cara de cine, unas curvas sensuales, ni ninguna de esas cosas que caracterizan, físicamente hablando, a la clásica 'femme fatale'.
Sí, sé que para ser seductora no hace falta, ni muchísimo menos, tener ese cuerpo; lo más importante es saber seducir, tener claras y saber usar tus armas... Pero para qué vamos a engañarnos: el físico ayuda, y mucho. Y mentiría si dijese que nunca he querido ser así...
Por mi físico, como le pasa a mi hermana también, tengo más cuerpo de nena que de mujer... Tengo amigas de mi edad, un poco mayores que yo e incluso un poco menores que yo que ya van teniendo cuerpo de mujer, pero yo tengo, y tendré mucho tiempo aún según me temo, cuerpo de adolescente.

Volviendo al tema y dejando a un lado mi cuerpo y mis desvaríos... me encanta la seducción. Y nunca me he atrevido a tener esa actitud. Dicen que nunca es tarde, quizá debería probar lo que Charo dice en su libro. Abro el libro al azar:

Seductores de antaño y de hoy
El hombre primitivo. Eva


Una de las canciones más intrigantes de los últimos tiempos ha sido Devórame otra vez. Tanto es así, que incluso TVE dedicó un programa a
darle vueltas al origen de la letra. Después de marear la perdiz un buen rato,
parece que algunas frasecitas tienen su aquel. Están inspiradas en el primer
acto conocido de seducción, el del hombre primitivo.
Al Cromagnón no se le daba bien lo de articular palabra. No fue impedimento
a la hora de seducir. Su masa encefálica le permitió gemir, bufar y resoplar con
excelentes resultados.
Algunos antropólogos han descrito el estado en el que quedaba la pareja
tras sus encuentros amorosos. Solían acabar bastante destartalados. A tenor de
esto, la traducción a lenguaje máquina de escribir de aquellos rebufos
bien podía ser: "Devórame otra vez", y: "En mi cueva nadie es como tú". Después
vendría el ataque. Los científicos afirman que el acto sexual era salvaje y
sangriento, con mordiscos y arañazos. El resultado eran labios y uñas
ensangrentados. El color rojo estimulaba. El hombre se sentía más y más
excitado. No se lo pensaba dos veces y volvía a la carga.
Fue al primera lección de seducción. Seducción dura. Sus enseñanzas no han
caído en saco roto. Hoy siguen estando tan vivas como entonces. Y si no,
¿cuál es la razón de que la mayoría de las mujeres se pinten las uñas y los
labios de color rojo? Está claro que para atraer y estimular la atención del
hombre. Para seducir, en definitiva. Porque si tan extraordinarios resultados
daba el rojo en uñas y labios en los cavernícolas, ¿por qué no ha de darlo con
nosotros?
(...)


Charo Pascual, Sedúceme otra vez: Cómo romper corazones a
diestro y siniestro


Ahora, viendo esto, no tengo claro qué hacer... Si dejar de leer, dejarme de seducción o dejar ambas.

28.8.10

~ Mal

Me siento mal.

Una supera las cosas; a veces, como en este caso, no hace falta ni superarlas porque, antes de que sucedan, ya sabes que van a pasar y (casi) cómo van a pasar. Pero a pesar de ello, a pesar que sabes que no hay esperanza de que las cosas salgan como querías que saliesen (y además, crees que sería lo más lógico, lo más correcto), a pesar que incluso ya casi has perdido las ganas, la ilusión por aquello por lo que luchabas, sabes que tienes que seguir defendiendo tu postura, lo justo; tienes que defenderte a ti misma, porque tú no estás dispuesta a que te pisoteen y hagan contigo lo que quieran, y es la única forma de hacerlo saber.


En varias ocasiones me he visto en ese problema, y en ambas, pese a decir la verdad, que no mi verdad, me han hecho quedar como una mentirosa, como una persona mala, mientras quienes tenía enfrente no hacían más que tratar de hundirme.

Y la última vez, ya digo, ni siquiera me afectó. Tenía asumido cómo se iban a suceder las cosas.
Pero hoy, estos últimos tiempos, me siento mal, y eso que ha pasado ya tiempo, y ningún hecho acontecido me ha devuelto a aquellos momentos y los que se sucedieron (o los que no se sucedieron, tal vez).

Necesitaba decirlo.


Creo que prefiero no añadir más.
Rompiendo con la que suele ser mi línea, de expresarme bien, de tratar de usar palabras bonitas, de crear una historia que pueda representar mi sentir... creo que esto era lo que hoy necesitaba escribir. Si alguien me entiende, ya digo que me alegro y lo agradezco. Señal que no me he explicado tan mal como creo que lo he hecho. Pero se me han acumulado tantas y tan pocas cosas que decir al mismo tiempo, con la necesidad y las pocas ganas que tengo de escribir en verdad, que dudo que pueda haber salido de mis dedos algo mínimamente coherente.

24.8.10

~ Laura I

Asomada en el gran ventanal, aparecía su cara dibujada cada mañana de aquel lluvioso mes de Diciembre de 1792.


La vista desde allí abarcaba gran parte de la Elisabethstr, en pleno centro de Viena. Aquel día se respiraba un ambiente agitado, quizás embargado por los acontecimientos esperados para el principio del año que estaba al caer. Era una pequeña pero lujosa mansión, elegante y sencilla al tiempo, sin caer en la ostentosidad de la que algunos por aquel entonces hacían gala, aunque esto sucedía más entre los nuevos ricos que trataban de hacerse un hueco en la sociedad que entre la aristocracia asentada, que era el caso de la muchacha que llamó mi atención.


Se notaba su clase, su nobleza. Su porte era majestuoso y elegante, pero, sobretodo, embriagador: no hacía falta más que detener su mirada en ella tan sólo unos instantes para perderse en su contemplación y ver todo aquello. Denotaba un estilo digno de su cuna pero con un cierto matiz muy particular, con un toque de soberbia escondido entre la candidez que de ella se desprendía...

Así mismo, su belleza era evidente. En su piel clara destacaban unos pómulos marcados que poseían un tono sonrosado, sutil, pero suficiente para destacarlos. Sus labios, tiernos y carnosos, lucían como el coral, más intensificados sobre aquella fina tez, y con un gesto de pesadumbre, de inquietud, de congoja siempre presente en ellos; este estado hacía que se quedasen entreabiertos, haciendo que pese a aquella turbación, resultasen extremadamente atractivos.

Pero si en algo se notaba aquel estado de desasosiego era en su mirada, perdida constantemente, evadida de cuanto había en aquella calle, ajenos a cuanto ocurría fuera de aquella casa, de aquella habitación e incluso fuera de aquella chica. Sus ojos, verdes como esmeraldas, y tan brillantes como éstas, jamás podrían haber sido más expresivos. Hablaban. Juro ante Dios que aquellos ojos eran capaces de hablar, haciéndose entender como no lo habrían conseguido muchos con las palabras.

Su cuerpo debía de ser el Edén... Sus pechos, insinuándose, tratando de asomarse por aquel escote... habrían vuelto loco a cualquiera, con aquella forma y firmeza propia de la juventud. Su cintura ansiaba ser cogida por un par de manos delicadas, pero firmes, que la rodeasen y la acercasen al calor de su dueño.
Sin duda alguna, mis manos estaban dispuestas a interpretar ese papel.

En fin, qué decir. Aquella muchacha era preciosa, mucho más de lo que lo eran aquéllas presentadas por sus padres en sociedad en busca de pretendientes que pudieran ser un buenos maridos; o lo que es lo mismo, buenos partidos que tuviesen el suficiente dinero para mantener a aquellas chicas y a los padres de éstas en caso de que la fortuna dejase de sonreirles.


Aquella ocasión no era la primera en que perdía algunos minutos en detenerme a observarla. Me resultaba increíble pensar en aquellas personas que pasaban por mi lado y no recaían en aquella musa capaz de inspirar a cualquier artista.
La diferencia era que en aquella ocasión no estaba dispuesto a irme de allí sin llevarme conmigo algo más que aquella imagen.

En un alarde de valentía, me dispuse a acercarme a la puerta de aquella casa y fuere como fuese, presentarme ante ella. A penas había pisado el primer escalón que había ante la entrada principal cuando la puerta se abrió ante mí. Me acobardé, como es obvio, al ver que se quedaban mirándome e invitándome a decir qué hacía ahí.
En un momento de lucidez, aunque muy lejos de mi primera intención, alcancé a decir:
- Disculpe la molestia, señor mío. Pero traía un mensaje, según me habían dado a entender, para la señorita de la casa, pero a decir verdad, no acabo de saber si estoy en el lugar indicado.
- ¿Y puede saberse a quién busca, joven?
- A Sophie Leisser.
- Pues siento decirle que se ha equivocado. Aquí no vive ningún Leisser.
- ¿Pero vive aquí alguna joven?
- ¿Realmente se lo tendría que decir?
- Disculpe mi osadía, no quería importunarle. Tan sólo pretendía saberlo por si hubiese equivocado las señas, si hubiese otra joven con un nombre similar, pero si no queire contestarme, no tiene de qué preocuparse. Lo entiendo perfectamente. ¡Qué rápido he perdido las formas...
- Tranquilo, joven. No me ha molestado, tan solo que no había pensado en el por qué de esa pregunta. Verá, aquí la única joven que vive es mi sobrina, la señorita Laura Ruíz - De la Cruz.
- ¿Española? Entonces, sin lugar a dudas, no he acertado con las señas, tendré que volverlas a pedir.
- Sí, somos españoles; mi hermana y su familia llevan poco tiempo en Viena, poco más de un mes. Han venido por asuntos laborales. Por eso me extrañaba que mi sobrina hubiese recibido mensaje alguno, pues creo que ni tan siquiera ha llegado a salir del edificio desde su llegada.
- Difícilmente entonces que la nota fuese para ella si no ha querido salir... ¿Ha sido por el idioma?, ¿o se debe a la añoranza?
- Una mezcla de ambas, imagino. Ahora, si me disculpa, tengo un poco de prisa, pero creo que aquel caballero que hay en el edificio de al lado, podrá indicarle para encontrar las señas correctas, pues conoce a todo el mundo de por aquí.
- ¿A encontrar a quién?
- A la destinataria de su mensaje, quién si no... ¿Sophie, puede ser que haya dicho?
- ¿Qué...?, ¡ah, sí, perdone! Sophie, sí, Sophie Leisser. Muchas gracias por la indicación.
- Suerte en su búsqueda y hasta otra ocasión.
- Adiós -acerté a decir en español.

Toda respuesta quedó en una sonrisa de aquel caballero ante mi intento de hablar su lengua.


Al menos sabía ahora que no sólo por fuera era bella. También lo era su nombre. Laura. Laura Ruíz - De la Cruz. De su boca tenía que sonar, seguro, como música.

19.8.10

~ 21 gramos

Sé que mis ojos permanecen abiertos, pero ante ellos en realidad no se dibuja más que el abismo. La oscuridad ha comenzado a inundarlo todo, la negrura se apodera de cada rincón que hasta hace unos instantes estaba lleno de color, de imágenes.


Todo ha sucedido muy rápido.


Había salido de casa, con el coche. Ya estaba llegando, me esperaba Tomás a dos calles... pero no le llegué a recoger.

Veía una luz verde. El semáforo, sí, estaba verde, así que pasé, como es lógico, y a partir de ahí...
A penas había pasado el semáforo y una luz me cegó. Recuerdo girarme hacia mi izquierda, de donde venía aquella luz, y no ver nada más que un destello. Chirriaba algo, y el ruido se hacía más intenso. Yo no reaccioné, es lo único que tengo claro. Luego, llegó un estruendo, un ruido fuerte, un golpe, chatarra, cristales rotos que iban cayendo al suelo...
Perdí la consciencia de cuanto me rodeaba por unos instantes.

No sé el tiempo que habría pasado cuando entreabrí los ojos. Intuía formas a mi alrededor, oía voces, susurros, gritos... Oía mi nombre, y noté que alguien me cogía las manos mientras me acariciaba. 'Aguanta, Sonia, aguanta un poco más... sólo un poco más, que ya llegan'. Oía acercarse sirenas. Debía de ser por mí, me encontraba muy mal en realidad. 'Venga cariño, vamos, que no puedes rendirte ahora, tú puedes'. Era Tomás, trataba de darme fuerzas. Noté cómo algo me invitaba a cerrar los ojos. Estaba cansada, sí. Intuía que algo fallaba, y saqué fuerzas de donde no había. Le pedí un beso. A penas alcancé a sentir sus labios. Él temblaba, y tenía los labios húmedos, pero noté que ponía todo su corazón en aquel beso. Noté que me caía una lágrima, y aún no alcanzo a entender cómo pude sentirla sobre mi piel, cuando a penas era consciente de mí misma. Se oían las sirenas muy cerca, debían de estar casi a mi lado. Cada vez era más fuerte aquella sensación de vacío que tenía. Lo intenté otra vez, sacar fuerzas para él. 'Te quiero'. Fue cuanto pude decir. Y le sonreí. Oía a gente justo a mi lado. Debían de ser los médicos. Oí a Tomás romper a llorar mientras me atendían. Pero yo ya sabía que no había nada que hacer. Él, pese a todo, no soltaba mi mano. Creo que intentaron separarle, pero se negaba. Los sonidos que me rodeaban se iban apagando. Tardé tan sólo unos segundos en comenzar a ver imágenes rodeándome. Algunos de los mejores momentos de mi vida, sin duda. Y a partir de ahí... oscuridad. Y silencio



Ahora me siento ligera, casi flotar. No he desaparecido. Queda lo suficiente de mí. Poco más de veinte gramos, que sobran para albergar lo que con la vida he conseguido llegar a ser.
Veo una luz. Y oigo voces... que creo reconocer. Sé que he de ir hacia allá, y siento que algo bueno me espera. Siempre he seguido mis impulsos, mi intuición, y esta vez no va a ser menos.

15.8.10

~ Cambios por partida doble

Pues sí, ya tocaba.
Ya tocaba darle vida a esto otra vez, y a ver si esta vez dura (prometo intentarlo, aunque esté de exámenes...)

Llevaba un tiempo queriendo cambiar esto un poco, y más aún desde que Blogger puso el sistema nuevo de plantillas, que he de decir que está estupendo, y he aprovehcado un impulso que tuve hace un par de días, y a fuerza de dejar esto abierto, y habiéndome propuesto no cerrarlo hasta que renovase su apariencia y dejase algo por aquí, he conseguido darle algo de vida.


Hay cambios, sí. He querido darle un poco más de color a esto (pero poco, sin pasarnos), que ya lo veía yo demasiado gris... un poco de vida, y aunque sea poca, es la suficiente para adecuarlo a mí misma.
He cambiado yo, hace tiempo de eso en realidad, y necesitaba que cambiase.
No obstante, hay una diferencia importante: el blog lo que más ha cambiado es su apariencia... algún texto, como el de bienvenida, o un poco más amplio el perfil... pero la esencia sigue intacta, o al menos así lo he pretendido. Yo en cambio, aparento estar igual, alguna cosita sin importancia, pero los cambios hay que buscarlos con mucha profundidad; la esencia no ha cambiado... no ha pasado ni tanto tiempo, ni tantas vivencias como para haberla cambiado, pero sí es cierto que algo hay ahí dentro.

En fin... como decía, cambios por uno y otro lado.


Lo que espero que no cambie es un par de personitas que se suelen pasar por aquí... Porque cierto es que una no escribe para que la lean los demás, escribe porque le gusta... pero sí es cierto que una escribe para sí misma y le gusta que los demás lo lean, para qué engañarnos.

9.3.10

~ De película - IV


We danced like sparrows around the flame of each other, fluttering and gliding in the currents of our emotions.
We celebrated in the great truth that we had learned from her father - that all men and women are created equal. We are one being. Humankind.

The Fortunes and Misfortunes of the Famous Moll Flanders



[Bailamos como pájaros alrededor de las llamas, revoloteando y planeando en las corrientes de nuestras emociones.
Celebramos la gran verdad que habíamos aprendido de su padre - que todos los hombres y mujeres son creados iguales, formando un solo ser. La humanidad.

Fortunas y adversidades de la famosa Moll Flanders]




He de decir que no me gusta esta traducción, por eso he preferido poner la frase en inglés, y haciendo una traducción 'mixta' entre la literal y lo que recuerdo de como era en la película...

Lo que sin duda puedo decir, es que recomiendo esta película al 110%, especialmente si quien lea esta recomendación es una mujer que le guste el buen cine con tintes históricos y románticos.
A mí, me enganchó y me encantó.

26.1.10

~ Una noche de Febrero

Pasé aquella noche sola en casa.

Fuera, tras mi ventana, el frío que trajo consigo aquel dichoso mes de Febrero recorría las calles, como una plaga que se extiende alcanzando cada rincón, sin dejar escapar un portal, un paseo o la misma orilla del mar de su mano helada.
El agua repiqueteaba contra el cristal de mi ventana. En ciertos momentos parecía más hielo que agua por los escalofríos que hacía sentir al rozar la piel de los viandantes que habían dejado el paraguas olvidado en casa. Antes, al principio, sólo era un pequeño chaparrón; ahora tras unas horas, se había gestado una tempestad, que se hacía notar cuando, tras un fulgurante relámpago, temblaban los cristales de mi habitación al tronar.

Sí, sin duda era una noche fría y lluviosa, que había conseguido dejar mi calle con aspecto fantasmagórico, sin nadie que la cruzase ni se atreviese a poner un pie en ella. Y yo pasé aquella noche sola.



Sin embargo, lo peor no fue la soledad, ni el silencio que se apoderó de toda mi casa sólo roto por el agua, los truenos y el crujir del edificio. Tampoco lo fue que pasase miedo cuando se fue la luz, y las velas decidieron proyectar sombras fantasmales a mi alrededor.
No, nada de aquello fue lo peor. Lo peor, sin lugar a dudas, fue que mi alma estaba incluso más fría, triste y oscura que la noche que se dibujaba tras mi ventana.

25.1.10

~ Releer

Aunque en este caso no sé si debería decir 'releerme', porque es algo escrito por mí, sobre mí y, como siempre, en cierto modo, para mí.
Por otro lado, quizás debería de decir 'leer', directamente, porque el momento en que lo escribí se me antoja lejano, y ha cambiado mi vida demasiado desde entonces, pasando a tener (como creo lógico) un significado radicalmente distinto.


La cuestión, en realidad, no es cuál es o deja de ser el matiz adecuado al caso, si no que el caso se ha dado, que, al fin y al cabo, he releído.
Y ha sido curioso. Muy curioso.
Hace un tiempo me propuse releerlo, y necesariamente desvelaría, digamos, así muchas cosas. El resultado de la lectura, no obstante, no ha sido el esperado.

Me ha gustado descubrir... mejor dicho, confirmar, que las cosas que siento con como las creía sentir. Puedo dar fe que es, simplemente, la lectura de un capítulo más que no consigue cambiar nada, ni remover nada, ni afectarme en nada.
Bueno, quizás esto último no sea así... Creo que he madurado; no por su lectura, pero sí su lectura me ha hecho verlo, al darme cuenta de cómo ha cambiado mi forma de ver las cosas.
Han sido muchas sensaciones, la verdad. Pero, pese a no obtener el resultado esperado, puedo decir que sin duda ha sido positivo



Eso sí, no quiero perder esta oportunidad de decir algo (cosa que quien me lleve leyendo un tiempo no tendrá duda que no suelo hacer): Cariño, no creo que leas esto, pero... ¡Te quiero!



PD: Creo que debe de ser una de mis entradas más raras.

14.1.10

~ El canon

Porque es un tema que sigue siendo muy de actualidad, y no puedo evitar asaltarlo y dar mi opinión...

Con los HD, memorias USB, portátiles, CDs y DVDs, móviles, tarjetas de memoria, línea de ADSL, etc (de hecho, un largo etcétera) ya nos están cobrando en tan famoso canon, por si nos da por grabar cualquier cosa con derechos de autor (da igual que uno se dedique a hacer fotos fotos propias y las tenga que guardar, por ejemplo, o que tenga que entregar un trabajo de la universidad en soporte digital)... Así que, digo yo, que si ya hemos pagado por si a caso, ahora ya deberíamos de poder disfrutar de copias ilegales de cualquier tipo de contenido con tales derechos: ya les hemos pagado antes de hacerlo, ¿no?


De verdad, mejor me freno, que este tema me saca de mis casillas y no sé qué puedo termianr diciendo. Y sólo hablo de este pequeño detalle, porque si empiezo de verdad de la buena con la SGAE no acabo.
Pero eso, al menos, lo quería decir.

~ ...maldita época

Porque si me gustase lo que estudio, y tuviese un mínimo de fuerza de voluntad, pues no supondrían tanto martirio mis exámenes, pero creo que cada vez me desmotivo más.

Algunas de mis asignaturas me gustan, ¡y mucho!, pero como tengo esta falta de constancia taaan grande que me caracteriza, pues termino desencantándome. Lo peor es que tengo claro que capacidad no me falta, y que si me pusieses en serio a estudiar y sacarme esto, me lo sacaría 'fácilmente' (dentro de lo que es esta carrerita taaan sencilla que me dio por elegir). Pero soy taaan poco constante, y tengo tan poca fuerza de voluntad, a parte de tener la capacidad tan grande de sentarme en la mesa con únicamente los apuntes, hojas en blanco y un boli, y hace de absolutamente todo, abstraerme en mis pensamientos y ponerme a escribir, dibujar, hacer esquemas y millones de historias y no conseguir pasar de la primera página de los apuntes que el tema se complica todavía más.

En fin, qué le vamos a hacer... Eso sí, hoy ni releo la entrada, porque estoy que me subo por las paredes por la sensación de culpabilidad que, llegada esta época y por todo lo antes expuesto, me tiene martirizada... mi conciencia se hace notar, para compensar.



Me esperan estos días los Fundamentos de la Ciencia de los Materiales y la Teoría de Circuitos. No sé si presentarme a más, con eso lo digo todo... ¡Y eso que tengo tres más!

6.1.10

~ A estos Reyes les ha faltado algo

Empieza el día de Reyes (yo, como no, ya en la madrugada). Pero no empieza como debería...

Antes de bajar a la cabalgata, mi novio me ha dado un regalo que Melchor le había dado para mí (y eso que él ya me hizo un buen regalo en Navidad), y yo le he dado el que Baltasar, mi Rey Mago favorito, me ha dado para él.
Hemos visto la Cabalgata, y nos hemos peleado por un par de 'chuminadas' de las que lanzan desde las carrozas, para no faltar a la tradición.
He cenado la mar de bien con mi chico.

Vamos, que poco más podría pedir (máxime teniendo en cuenta que vivo con mi madre y no hay nenes pequeños en casa, ni tan siquiera mis sobrinos, que ven las Cabalgatas cerca de sus casas)...
Pero...
No ha habido Roscón de Reyes con chocolate, y una noche de Cabalgata de Reyes sin Roscón y choco... ¡buf! Le falta algo. Y ahora, sentada en el sofá antes de irme a dormir, lo echo más en falta aún.


Ahora dejaré un vasito de leche con galletas y un cubo con agua, el balcón entreabierto, los zapatos bien lustrados, todo ello junto a la tarjeta y una lucecita para que SS MM Los Reyez Magos de Oriente sepan donde dejar los regalos, recordarles qué había pedido y que, cuando entren por el balcón, puedan reponer fuerzas. Ellos, y sus camellos.
Y, por supuesto, me iré a dormir a una hora decente, no como suelo hacer (eso de dormirme a las 2 y pico no les suele gustar a Los Reyes), y procuraré no despertarme.
Eso sí, si me despierto, me haré la dormida, no sea que se enfaden conmigo y me dejen carbón.

(Ojalá me dejen algo, ¿no?)

La lástima es no haberme podido ir a la cama con la barriga bien llena de Roscón de Reyes y una taza de chocolate caliente (o dos).

5.1.10

~ Arte y artistas

Y es que creo que un artista no es cualquiera; una artista es el que crea arte.
Puede ser arte en forma de interpretación encima de un escenario; quizás se dedique a hacer arte en forma de cuadros o esculturas; puede que el arte se muestre en una fotografía que consigue evocar sensaciones y sentimientos. O quizás sea arte en forma de música.

Yo nunca llamaría artista a un actor que no transmite, que deja al público impasible, que... Si Belén Esteban se sube a un escenario, no es una artista; Arnold Schwarzenegger no es un artista (sí es, en cambio, un actor). Robin Williams sí es un artista; Luís Merlo, también me lo parece.

Para mí, mis sobrinos, que hacen unos dibujos super graciosos, no son unos artistas, mientras que al ver una obra de Miguel Ángel o de Rubens, no me cabe duda que eren dos artistas (¡y muy grandes!)

Yo hago fotos bonitas, pero no soy una artista, pero Charles C. Ebbets consiguió que una foto de un almuerzo de altura sea algo más que internacional, y Joe Rosenthal convirtió el alzamiento de una bandera en un símbolo, que ha sido de mil formas interpretado.

Y... Pasando a lo de la música... No creo que todo el que cante y lo haga bien sea un artista. Oyes la radio, o un programa musical, o una gala de televisión, y todos son artistas; pero... ¿realmente es así??
Sin duda, a mi juicio, no


El tema de la música es complicado, ¿cuándo uno es artista y cuándo no? Evidentemente, y en primer lugar, es un juicio de valor personal, y continuaremos diciendo que no hay una barrera real en segundo lugar.

Pero, a mi forma de verlo, no consideraría como artistas a La Oreja de Van Gogh o Amaia Montero... ¡y muchos otros! Sí, son cantantes, grupos musicales, y muy buenos. Pero, ¿tienen una personalidad musical? No desde mi punto de vista, y eso es lo que considero que define al artista.

'Artista' llamo a Miguel Bosé. Por ejemplo. No es un artista que me guste en realidad, tan sólo me hace algo de gracia alguna de sus canciones, pero es innegable que su voz y su manera de actuar es inigualable: cualquier versión que oigas de una de sus canciones, te guste o no la original, objetivamente verás que le falta algo, que... que no funciona. Y es que esa manera de cantar susurrando tan particular es difícil de superar, porque esa voz y esa actitud son más de la mitad de la canción... y oyes una canción suya en la radio, y sabes que es él.
Así, también me parece un artista Sergio Dalma, con esa voz ronca, rasgada, como afónico, que es la que da la vida a sus temas.

Otra pareja de artistas la veo en Sabina y Serrat (aprovecho para, a quien sea, les guste o no, recomendar su directo, 'Dos pájaros de un tiro', increíble). Se comen al público en sus conciertos, y sus canciones, pese a lo poético y lo artístico de sus letras, son sus voces. 19 días y 500 noches necesita de ese punto tan particular de Sabina para darle la chispa al tema. Y Mediterráneo o Paraules d'amor (que se merece y en nada dejaré aquí una entrada sólo para esta canción) no son nada sin ese tono tan peculiar.


Un artista no tiene por qué gustarte, pero lo más probable es que no te deje indiferente, para bien o para mal.


Bueno, por supuesto, la lista es larga, porque hay muchos artistas pese a que no todos lo sean (ni tan siquiera la mayoría, obviamente); Mónica, que el otro día la hice aparecer por aquí, me parece una gran artista, ya puestos a decirlo. Pero, para no alargar esto todavía más tan sólo diré una cosa más:

Para mí, eso sí, el más artista de todos (o al menos uno de los más), es Freddie Mercury. Y de él, creo que sí que no hace falta que diga nada más que su nombre.

3.1.10

~ En el palacio tan hermoso ayer...

...la soledad y mármol fue después.


Mónica Naranjo - Europa


Impresionante la entrevista, impresionante ella, impresionante su voz.

Es una mujer que cada vez que la oigo, tanto en actuaciones como en entrevistas, me gusta más, y me resulta inevitable pensar en ella con una conversación como la que he tenido hoy, de la que hablaré mañana (que por ahora ya está bien).

~ Cosas absurdas que hace una

Hace un rato, después de dejar a mi novio en casa, dos minutos después, le llamo:

-Cari, casi atropello a una-digo con voz de preocupación.
-¿Cómo que casi matas a una?-me contesta bastante desconcertado.
-Sí, aquí, en el Nou Alacant, casi atropello a una rata enorme que me ha salido...

(Sí, me paro en un semáforo y lo llamo para decirle eso)
(Y sí, lo pongo aquí en el blog, necesitaba soltarlo para ver que era verdad)