Aquí es donde Laia Álvarez deja sus pensamientos, pequeñas reflexiones, canciones que le tocan la fibra sensible... Cosas, en definitiva, que le rondan la cabeza y el corazón. No obstante, este pretende ser un espacio compartido, donde el lector pueda tener también un pequeño espacio donde dejar cuanto quiera dejar.


Empezamos en 3... 2... 1... ¡Ya!

27.11.07

~ Viaje de ida

Y entonces me di cuenta de que ya estábamos en la terminal.
Tú y tus maletas... y yo.



Me parecía increíble el pensar que en unos minutos te ibas a ir.
Un billete. Sólo uno.

Ni tú sabías cuando ibas a volver.

Nos pasmos los últimos minutos que pude tenerte a mi lado mirando ir y venir los aviones... No sé tú, pero yo me sentía incapaz de pronunciar palabra sin ponerme a llorar.
¿Echarte de menos? No: al lado de lo que yo iba a pasar, eso no era nada... Me iba a faltar medio corazón.


Paso el tiempo. Cuando nombraron tu vuelo, me dio un vuelco el corazón...
Sólo fui capaz de darte un abrazo, bañado el lágrimas silenciosas.
Y cuando te separaste de mí, te sonreí.



Ya cuando estabas lejos, te giraste... Quería gritarlo, pero sólo pude decirlo en un susurro: "Te quiero"

~ Rutinas

 
Se sentó como cada mañana en aquel banco.
Yo me entretenía viendo cada día su rutina.

Llegaba con su diario, recién comprado dos esquinas más abajo, bajo el brazo.
Llegaba a aquel banco, siempre aquel, que siempre estaba libre, como si tuviese un cartel de "Reservado" esperando su llegada.
Se sentaba, con su particular y cansada manera de hacerlo, y abría el periódico.
Siempre empezaba por el final.

Cuando terminaba, o empezaba, según a qué ojos, se levantaba y proseguía su paseo matinal, de nuevo con el periódico bajo el brazo.



La vida, con sus rutinas, llena mil momentos.
Él siguió yendo cada día hasta aquel banco, repitiendo cada movimiento, casi al milímetro, cada mañana.
El resto, iba y venía, hacía y deshacía cada día.

1.11.07

~ Todo me ha hecho así

Si fuera capaz de llegar a cualquier lugar, no iría más allá de donde estoy.
Si tuviera todo el oro del mundo, no sería más feliz de lo que lo soy.
Si de mí dependiese cambiar mi presente, no lo cambiaría.

Todo cuanto ha acontecido a lo largo de mis días, me ha hecho ser así. Y hoy ya me he cansado de tratar de aparentar ser alguien que no soy.
Soy así y me gusta.

Al fin y al cabo, mil veces he roto con la norma, mil veces he tratado de luchar contra la corriente, mil veces he pretendido ser como quiero ser, y no como los demás pretenden que sea.
Y hoy va a ser así.

Seré como soy, hoy y cuantos días queden por venir...
Y aunque querría cambiar algunas cosas de ésta, mi vida, aunque mil veces haya querido romper con ella y cambiarla de principio a fin, prefiero que todo siga tal como es.