Ayer sábado, digamos, que era mi día.
Podría contar toda la historia, el por qué de tener un acto relevante en mi agenda, pero simplemente me contentaré con decir que todo mereció la pena.
Con la excusa de este acto que os decía, vino un amigo de Valencia, haciendo carretera para ir y venir en el mismo día, fuimos a comer con otros dos amigos, y luego, cuando llego el tan nombrado acto, se nos unió una amiga más, además de las que ya estaban allí. Recibí abrazos que guardaré de mala manera, recibí regalos incluso, y me sentí no sabéis cómo de bien.
Cuando terminó fuimos a ver a unos chicos que yo no conocía y estaban con más amigos celebrando su aniversario, y nos dieron allí las tantas...
Y ya os digo, que no fue un plan destacable, ni nada por el estilo, pero el tener allí a los amigos, hizo taaanto.
Ya les di las gracias, pero no puedo evitar volver a decirles desde aquí, aunque no creo que muchos de ellos lo lean, precisamente, que mil gracias.
Realmente, no hace falta mucho más que una buena compañía para que el día sea perfecto, y te sientas como en un cuento.
Los amigos.
Mis amigos.
Podría contar toda la historia, el por qué de tener un acto relevante en mi agenda, pero simplemente me contentaré con decir que todo mereció la pena.
Con la excusa de este acto que os decía, vino un amigo de Valencia, haciendo carretera para ir y venir en el mismo día, fuimos a comer con otros dos amigos, y luego, cuando llego el tan nombrado acto, se nos unió una amiga más, además de las que ya estaban allí. Recibí abrazos que guardaré de mala manera, recibí regalos incluso, y me sentí no sabéis cómo de bien.
Cuando terminó fuimos a ver a unos chicos que yo no conocía y estaban con más amigos celebrando su aniversario, y nos dieron allí las tantas...
Y ya os digo, que no fue un plan destacable, ni nada por el estilo, pero el tener allí a los amigos, hizo taaanto.
Ya les di las gracias, pero no puedo evitar volver a decirles desde aquí, aunque no creo que muchos de ellos lo lean, precisamente, que mil gracias.
Realmente, no hace falta mucho más que una buena compañía para que el día sea perfecto, y te sientas como en un cuento.
Los amigos.
Mis amigos.
2 comentarios:
Buena compañía. Estoy de acuerdo, no hace falta más. Me alegra que la tuvieras ayer.
Muchas veces los planes que salen mejor son los improvisados. El de ayer no fue tu dia, sino el primero de muchos "tus" dias en este cuento.
Yo espero no perderme más que uno...
bsos
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