Aquí es donde Laia Álvarez deja sus pensamientos, pequeñas reflexiones, canciones que le tocan la fibra sensible... Cosas, en definitiva, que le rondan la cabeza y el corazón. No obstante, este pretende ser un espacio compartido, donde el lector pueda tener también un pequeño espacio donde dejar cuanto quiera dejar.


Empezamos en 3... 2... 1... ¡Ya!

13.9.07

~ Míralo

Mira.

Sí, tú, mira.

Mira allá.

¿No lo ves?

Sí, sí, está allí.

Mira bien, otra vez.

¿Qué aún no lo ves?

No puedo creerlo.

¿Pero de verdad que has mirado?

Allí, en aquella dirección.

Sí, está ahí.

Tienes que verlo.

Es imposible no ver nada.

No dejes de intentarlo.

Tienes que verlo.

No puedes irte sin haberlo visto.

Sí, esa es la dirección.

Vamos, esfuérzate.

No, no desistas.

Te he dicho que lo tienes que ver.

Tú, sí, tú.

Allí.

¿Ya?

Sigue mirando.

No dejes de hacerlo hasta verlo.





¿Que qué tendrías que ver?

¿Me lo preguntas en serio?

Pero, ¿con qué estás mirando?

Utiliza otros ojos, no esos.

Está claro de qué ojos te hablo.

Los del corazón.

Los necesitas para verlo.

Sí, lo tienes ver.

Ahora ya sí que lo tienes que ver.

Está claro...

El amor.

8.9.07

~ Como una niña

Qué bien estoy ahora -dijo ella tras abrir los ojos.


Volvía a sentirse como aquel día, ya perteneciente al pasado... Como aquel día que por última vez se había sentido tan feliz.

Tras correr por entre los árboles del parque, dejarse llevar en el columpio y finalmente tirarse por el tobogán, se sentía bien, sentía que todo iba a volver a su cauce, tenía la total certeza de que pasaría...
Por eso estaba así, por eso estaba bien, porque siendo de nuevo una niña recobró la esperanza y la fe que había perdido: ahora ya no se iba de su cabeza la idea de que todo podía ser bueno, siempre que quisiese verlo así.